Un infierno en la tierra: Maranhão (Brasil) en el siglo XVII
Reivindicando al Padre Antonio Vieira
D.Antón
La dominación portuguesa en Brasil fue uno de los genocidios más sistemáticos y generalizados de la historia de la colonización de América. Millones de nativos fueron esclavizados y puestos a trabajar en plantaciones y minas. y a satisfacer los deseos de los colonos portugueses en todos los órdenes imaginables. Las personas, anteriormente libres y saludables, pasaron a ser simples mercancías utilizables y descartables.
El paraiso en la Tierra que describían Morelli, Gabriel de Foigny, François de Salignac y Jean Jacques Rousseau entre otros se transformó en un verdadero infierno.
El Padre Jesuita Antonio Vieira fue testigo de los atropellos continuo e indiscriminados en Maranhão y en Amazonia oriental (Brasil) y los relata en forma vívida e ilustrativa.
El Antonio Vieira llegó a Maranhão en 1652. Su vida había sido una
lucha constante por la libertad de los esclavos y la tolerancia
racial y religiosa.
Además del idioma portugués, hablaba el tupi de
las Primeras Naciones brasileras, el kimbundu de los esclavos
africanos y varias lenguas amazónicas. En Maranhão encontró uno de
los panoramas más desoladores de explotación e iniquidad de los
esclavos nativos. No vaciló en enfrentarse a los plantadores y
traficantes y recordarles algunos principios de la religión
cristiana que aquellos decían profesar.
¡A que precio diferente
el Diablo compra las almas comparado a lo que ofrecìa por ellas
previamente! No hay mercado en el mundo donde pueda conseguirlas
más barato que aquí en nuestra propia tierra. En los Evangelios,
ofrecía todos los reinos del mundo por un alma; en Marañón, el
diablo no necesita ofrecer ni siquiera un décima parte por todas las
almas. No es necesario ofrecer mundos, ni reinos; no es necesario
ofrecer ciudades, ni pueblos, ni aldeas. Todo lo que tiene que hacer
es ofrecer un par de indios tapuya e inmediatamente es adorado de
rodillas. ¡Que mercado barato! ¡Un indio por un alma! Ese indio
será tu esclavo por los pocos días que sobreviva, pero tu alma sera
esclavizada por la eternidad, mientras exista Dios. Este es el
contrato que el Diablo hace con ustedes. No sólo lo aceptan sino que
le pagan dinero por añadidura.
Cristianos, nobles y gente
de Marañón ¿saben ustedes lo que Dios quiere de ustedes durante la
Cuaresma? Que rompan las cadenas de la injusticia y liberen a
aquellos a quienes tienen cautivos y oprimidos. Estos son los pecados
de Marañón. Esto es lo que Dios me ordenó denunciarles.
Cristianos, Dios me ordenó aclararles estos temas y así lo hago.
Todos ustedes están en pecado mortal; todos ustedes viven en estado
de condena; y todos ustedes iran directamente al Infierno. En verdad,
ya hay muchos allí ahora mismo y ustedes se reunirán con ellos si
no cambian vuestras vidas...
Cualquier hombre que priva
a otro de su libertad y pudiendo restaurársela no lo hace está
condenado. Todos o casi todos están por tanto condenados. Ustedes
pueden decirme que incluso si esto fuera verdad, no lo pensaron o no
sabían y que su buena fe los salvará. Lo niego.
Ellos pensaron y sabían
del mismo modo que lo piensan y lo saben ahora. Y si no lo pensaron o
no lo sabían debieron haberlo pensado y sabido. Algunos están
condenados por su conocimiento, otros por su duda y todavía otros
por su ignorancia."
Algunos años más tarde,
en 1661, Vieira fue expulsado de Brasil y al llegar a Portugal fue
apresado por la Inquisición y acusado de cometer herejías
"igualitarias". Seis años después, ya liberado, reinició
su lucha por los derechos de los esclavos que habría de continuar
hasta su muerte el 18 de julio de 1697.
De "Amerrique, los Huérfanos del Paraiso", Danilo Antón, Piriguazú Ediciones.
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