miércoles, 13 de enero de 2016

Las indígenas NO son sujetos de derecho

Hoy en América hay más de 40 estados independientes pero ni un solo pueblo nativo ha podido conservar su soberanía.

Hoy podemos apenas darnos cuenta hasta que punto hemos llegado. Los estados territoriales criollos se han estabilizado, están  legitimados globalmente, nadie osa contestar sus soberanías. El gobierno de Canadá está autorizado por las sociedades de naciones para hablar en nombre de los inuit o de los haida, el gobierno de los Estados Unidos puede afirmar con orgullo que el antiguo país cherokí está ahora dividido en estados y condados, al igual que las tierras ancestrales de los cheyennes, los lakotas o los iroqueses. Con el antiguo nombre de México, que disimula la realidad opresiva que lo caracteriza, los descendientes ideológicos de los imperialistas españoles controlan la economía y la cultura, manteniendo en el ostracismo a las numerosas Primeras Naciones del país. Se habla aún nahuatl pero su uso está relegado a los sectores más aislados y pobres de las mesetas mexicanas. Los mayas de Chiapas y Yucatán siguen sufriendo discriminación, viviendo un prolongado exilio en su propia tierra. Otros mayas, juntos con lencas y guaymies permanecen ignorados y relegados en varios pequeños países, antiguas provincias coloniales españolas, sin que se reconozca sus nacionalidades como tales.
Las culturas nacionales del Alto Orinoco, jibi, yekwana y yanomami, entre otras, se defienden del carácter agresivo de la nueva colonización que sigue sin respetar los derechos de la gente. La Amazonia es un teatro de avances imperiales disfrazados de “crecimiento económico”. ¿Quien otorgó el derecho a destruir la naturaleza amazónica y a sus habitantes a los estados territoriales que se llaman Brasil, Peru, Ecuador, Bolivia, Colombia, Venezuela, Guyana y Surinam?
La respuesta es sencilla: nadie que tenga potestades ni calificaciones para hacerlo.
El control de estos territorios se basa solamente en la fuerza bruta que las naciones imperiales europeas ejercieron por siglos por su propia decisión y arbitrio. Hoy estos estados-territoriales son simplemente herederos de aquella historia de atropellos. España, Portugal, Inglaterra, Francia y Holanda invadieron, ocuparon, esclavizaron, mataron, violaron, robaron y luego establecieron sistemas legales basados precisamente en ese atroz legado de violencia y desrespeto.
Introdujeron la propiedad de la tierra, pero no se la permitieron a los pueblos nativos que hacía milenios que la poblaban. En cambio, se dedicaron concienzudamente a  repartirla entre ellos mismos, eliminando sistemáticamente a sus legítimos ocupantes o simplemente forzándolos a permanecer como mano de obra esclava en las nuevas encomiendas, plantaciones,  haciendas y  minas. La mayoría de los propietarios actuales de las tierras americanas basan su derecho en este origen fraudulento.
Junto con la tierra, los invasores se apoderaron de la fuerza de trabajo de los pueblos autóctonos. Estos, que vivían en una situación de libertad, fueron forzados a servir a los tiránicos amos extranjeros. Muchas de estas naciones disfrutaban de una amplia libertad individual desconocida en Europa. En pocas décadas la dominación foránea habría de terminar con ella.

Nosotros nacemos hermanos libres y unidos, cada uno es tan señor como el otro, mientras que ustedes son todos siervos de un solo hombre. Yo soy el amo de mi cuerpo, dispongo de mí mismo, hago lo que deseo, soy el primero y el último de mi nación.... sujeto tan solo al Gran Espíritu 1.
1 Explicación que diera un hurón al Barón de Lahontan, referida por J.Weatherford, Indian Givers, p.123

De Amerrique, los Huérfanos del Paraiso, Danilo Antón, Piriguazú Ediciones

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