lunes, 25 de enero de 2016

¿El gas natural y el petróleo son inagotables? 
Una teoría geológica revolucionaria que se ajusta a los datos de la realidad

D.Antón
La teoría acerca del origen del petróleo y el gas natural de Thomas Gold es revolucionaria. En profundidad, tal vez a unos 200-400 kilómetros por debajo de la superficie de La Tierra se dan las condiciones para la formación de metano (CH4). Por su menor densidad el metano tiende a ascender cuando las fracturas del manto rocoso que lo cubre lo permite. Es un proceso lento, que puede llevar millones de años (incluso cientos de millones) hasta que se acerca a la superficie. En su ascenso el metano se oxida. Utilizando el oxígeno de los óxidos de Fe (hematita), sulfatos (anhidrita) y de otros oxidos y sales oxigenadas, el H (hidrógeno) se convierte en H2O (agua) y el carbono en CO2 (dióxido de carbono). El hidrógeno se oxida mas fácilmente por lo que el carbono se va concentrando, el CH4 se convierte en C2H6 (etano) este a su vez en C3H8 (propano), este en C4H10 (butano) y así sucesivamente, hasta llegar a los hidrocarburos líquidos (p.ej. Naftas), viscosos (alquitranes y bitúmenes) y sólidos (lignitos, hullas y antracitas).
Este proceso se da naturalmente pero a profundidades menores (menos de 10 km) es ayudado por la acción metabólica de las hipertermobacterias (que viven en los poros de las rocas a grandes presiones y temperaturas de 100 grados o más).
La reducción de sulfatos metálicos genera sulfuros metálicos que son transportados por los fluidos carbonosos hasta que se precipitan formando yacimientos metalíferos (p.ej. sulfuros de plomo-galena, de hierro-pirita, de cobre-calcopirita, de zinc-blenda, etc).
En su ascenso los hidrocarburos pueden ser retenidos por mantos rocosos o capas impermeables dando lugar a su acumulación formando yacimientos de petróleo y/o gas.
Por esa razón, contrarrestando las teorías ortodoxas, Thomas Gold sostiene que los yacimientos de hidrocarburos son de origen mineral abiótico con colaboración bacteriana (pero no son de origen fósil) y muchos yacimientos metalíferos son de origen biótico.
De acuerdo a Gold los volúmenes existentes de petróleo y gas son muchísimo más abundantes de lo que se sostiene habitualmente (la caida de los precios muestra en los hechos la sobreoferta que se relaciona con la abundancia).
A los geólogos y científicos ortodoxos se les plantea un problema: van a tener que rediseñar sus estrategias de búsqueda y explotación de hidrocarburos, y por supuesto, reescribir sus libros. Lógicamente se oponen, como suele suceder en cualquier cambio abrupto de paradigma. Pero como de costumbre, la realidad se impone y, tarde o temprano, la teoría del petróleo fósil (para mí absurda) pero que es sostenida por la inmensa mayoría de geólogos, ingenieros, académicos, burócratas y políticos, como tantas otras falsedades, terminará por derrumbarse.
(para complementar información en este tema conviene leer el libro de Thomas Gold, “The Deep Hot Biosphere” o un resumen que publiqué titulado “¿Inagotables? Patróleo y Gas”, D.Antón, 2006, Piriguazú Ediciones.)