viernes, 29 de abril de 2022

La destrucción y esclavización de los pueblos del gran río  (hoy conocido como Amazonas)

El río de las Coñiapuyara (amazonas) era el centro de infinidad de naciones con poblaciones extremadamente numerosas. Habitualmente, no se tiene una idea ajustada a la realidad de lo que fueron estas culturas. En general se piensa que en esta región supuestamente "inhóspita" la densidad de población era pequeña.

Se trataban, se dice, de pequeños grupos nomádicos de cazadores, pescadores y recolectores. 

La realidad que pinta Fray Gaspar de Carvajal, integrante de la expedición de exploradores españoles que provenían desde Quito y que estaba liderada por Francisco de Orellana, es muy distinta.

Orellana y su gente bajaron 5.000 kilómetros por dicho río, acompañados por menos de un centenar de hombres. En su viaje, estos aventureros europeos recorrieron varios reinos con poblaciones muy abultadas. No sabemos los nombres reales de estos países...ni siquiera hoy, de todas maneras este cronista nos señala algunas denominaciones indígenas y otras tal vez deducidas o imaginadas
De acuerdo a Gaspar de Carvajal, los reinos más importantes que conocieron, fueron el de Aparian, el de Omagua, el de Paguana, un reino cuyo nombre no se señala cerca de la desembocadura del río Negro, un reino que llamaron "la provincia de las picotas", el de Quenyuc y el de Caripuna, 

Según el relato la mayoría de estos pueblos tenían organizaciones políticas complejas con ejércitos de tierra y de canoeros, muy numerosos y agresivos. 

Sistemáticamente, durante la mayor parte de su viaje, Orellana y los suyos fueron atacados por cientos de indígenas navegando en canoas y piraguas, a veces reuniéndose fuerzas de 10.000 o más guerreros.

Todo parece indicar que cada uno de estos reinos tenía varios cientos de miles de habitantes, lo cual se puede deducir de la descripción de Machaparo, que según la estimación de De Carvajal poseía "50.000 hombres de pelea".
En la mañana del 24 de junio fueron atacados por un grupo de nativos encabezado por las míticas amazonas. Los españoles, ante aquellas mujeres que describieron como altas y vigorosas que disparaban sus arcos con destreza, creyeron estar soñando. En la refriega consiguieron hacer prisionero a uno de los hombres que acompañaban a las aguerridas damas, quien les relató que estas mujeres que llamó Coñiapuyara que quiere decir grandes señoras en lengua omagua, tupiguaraní (amazonas)  tenían una reina que se llamaba Conori y poseían grandes riquezas. Maravillados por el encuentro, los navegantes bautizaron el río en honor de tan fabulosas mujeres usando el termino legendario griego de amazonas.

Si consideramos que los expedicionarios atravesaron una decena de reinos grandes, se puede estimar que la población total, sólo en las orillas del río, era del orden de 4 millones de habitantes, teniendo en cuenta los pueblos que habitaban los afluentes mayores se puede estimar una población muy superior, tal vez 10 veces mayor para toda una región de la selva central, obteniéndose una cifra de algunas decenas de millones.
Había sociedades numerosas, tal vez con varias decenas de miles de pobladores, una producción de alimentos acorde y una configuración política muy, dinámica.

Continuamos con el relato de Gaspar de Carvajal porque lamentablemente no tenemos más  testimonios. Este cronista al referirse a uno de estos pueblos señalaba que poseían "gran cantidad de comida, de tortugas, en corrales y albergues de agua, y mucha carne y pescado y bizcocho y esto tanto en abundancia que había para comer un real de mil hombres un año." Al referirse a la cantidad de pueblos agrega: "y por ser los pueblos tantos y tan grandes y haber tanta gente no quiso el capitán tomar puerto... porque por el agua nos la daban tan cruda que nos hacían ir por medio del río..." 

Tenían culturas complejas y tecnologías sofisticadas que en más de una ocasión dejaron impresionados a Orellana y los suyos.

Sigue su crónica Gaspar de Carvajal: "Bajaron a un pueblo y había... una casa donde había... mucha loza de diversas hechuras, ansí tinajas como cántaros muy grandes... esta loza es la mejor que se ha visto, porque lo de Málaga no se iguala con ella, porque es de toda vidriada y esmaltada de todos colores, tan vivas que espantan, y demás de esto los debujos y pinturas que en ella hacer son tan compasados que naturalmente labran y debujan todo como lo romano, y allí nos dijeron los indios que todo lo que esta casa había de barro, lo había la tierra adentro de oro y de plata..." 

La llegada posterior de los traficantes de esclavos de Portugal y Brasil, las enfermedades europeas y algunos otros factores determinaron que en los siguientes tres o cuatro siglos disminuyera dramáticamente la población de estas numerosas y prósperas naciones.

Últimamente, nuevos hallazgos arqueológicos están confirmando los relatos de Carvajal y demostrando que este continente, en particular las selvas tropicales amazónicas, estuvieron poblados densamente desde tiempos muy antiguos.
Todavía falta mucha información para poder resolver el enigma de la desaparición de estas grandes naciones del gran río de las Coñiapuyara.

Tal vez para terminar gráficamente con reconstrucción histórica del virtual genocidio que experimentaron las naciones amazónicas comparto la descripción del Padre Jesuita Antonio Vieira donde testimonia la situación en la ciudad de Maranhao en el nordeste de Brasil en el siglo XVII.

Decía el Padre Vieira: 

"¡A que precio diferente el Diablo compra las almas comparado a lo que ofrecía por ellas previamente! No hay mercado en el mundo donde pueda conseguirlas más barato que aquí en nuestra propia tierra. En los Evangelios, ofrecía todos los reinos del mundo por un alma; en Marañón, el diablo no necesita ofrecer ni siquiera una décima parte por todas las almas. No es necesario ofrecer mundos, ni reinos; no es necesario ofrecer ciudades, ni pueblos, ni aldeas. Todo lo que tiene que hacer es ofrecer un par de indios tapuya e inmediatamente es adorado de rodillas. ¡Que mercado barato! ¡Un indio por un alma! Ese indio será tu esclavo por los pocos días que sobreviva, pero tu alma será esclavizada por la eternidad, mientras exista Dios.

Algunos años más tarde, en 1661, Vieira fue expulsado de Brasil y condenado a prisión por la Inquisición debido a sus "herejías igualitarias".

Seis años después, ya liberado, reinició su lucha por los derechos de los esclavos que habría de continuar hasta su muerte el 18 de julio de 1697.

Hoy los remanentes de todas aquellas numerosas  naciones amazónicas están reducidos a los sitios menos accesibles, agredidos cultural y físicamente por colonos, misioneros y garimpeiros, y fueron desconocidos en sus derechos sobre la tierra.

Su número actual no excede los 200.000 habitantes.

Como se señalaba en las crónicas mencionadas un importante reino del Gran Río estaba constituido por los omaguas, de estirpe tupí-guaraní que había desplazado a los tikuna que eran pobladores originales de la confluencia del amazonas con los ríos Putumayo y Caquetá. Eso ocurrió sobre todo por el  tráfico de esclavos que promovieron y ejecutaron los colonizadores portugueses y holandeses.

Sin embargo,  con la decadencia de los omaguas, quienes quedaron asentados en pequeños enclaves, los Ticuna regresaron a las riberas de los grandes ríos pasando a ser una de las naciones indígenas más numerosas de esta región. Actualmente su población es de alrededor de 70,000 habitantes en Brasil, Colombia y Perú.

Hoy practican la pesca, la horticultura itinerante, la caza, la recolección , el comercio y la artesanía . Los cultivos o chagras están cercanos a sus viviendas y siembra después de tumbar y quemar, yuca, plátano, maíz, ají y frutales. Pescan gambitana (Colossoma brachypomus), pirarucú (Arapaima gigas), palometa (Mylossoma duriventre), pintadillo (Brachyplatystoma spp.) y pirañas.

Aunque muy lentamente, demasiado lentamente, sus comienzan a ser reconocidos aunque muy lentamente en los países donde habitan quedando finalmente como principales testigos de  una de las tragedias humanas más dramáticas del continente sudamericano..

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