lunes, 5 de julio de 2021

 La época del exterminio y la resurrección

Antes de la aparición de los europeos, América era un lugar densamente poblado que albergaba muchos millones de habitantes' . La disminución de la población como consecuencia de su llegada fue brutal e intensa. Densas comarcas quedaron despobladas en unos pocos años. Pueblos enteros fueron eliminados para facilitar el control del territorio, cientos de miles de personas apresadas y transportadas a las zonas de plantaciones y minas para dedicarlas al trabajo forzado. A todo ello se agregó la aparición de enfermedades desconocidas en América. Algunas, que asumían carácter benigno en Europa, como el sarampión, la varicela o la gripe, se transformaban en letales. Las dolencias "graves", como la viruela, hicieron estragos, muriendo hasta 80% de la población. Algunas patologías "ambientales", como la malaria, se establecieron en las tierras húmedas tropicales provocando la desaparición de comunidades enteras. En gran parte del continente las epidemias precedieron al conquistador y prepararon el terreno para facilitar la operación de conquista. A estas mortandades hay que agregar las provocadas por la desarticulación económica y productiva y las relocalizaciones de naciones enteras a territorios inapropiados.

Debido a este panorama desolador y a la inexistencia de registros adecuados, resulta muy dificil establecer contabilidades retrospectivas precisas de las sociedades originales del continente. Algunos autores prefieren imaginar poblaciones muy poco numerosas, mientras que otros sostienen que el territorio estaba densamente poblado. Pensamos que éste no es un tema meramente académico. Al inclinarnos por un escenario u otro, estamos de alguna manera, valorando la capacidad productiva y organizativa de los pueblos. Considerando su inmensa productividad potencial, si aceptamos bajas densidades, estaríamos postulando que eran sociedades de baja eficiencia, incapaces de

obtener el máximo de recursos de los ambientes en donde vivían. Si, por el contrario, pensamos que estaban compuestos por poblaciones numerosas, estaremos reconociendo implícitamente su capacidad productiva y de adaptación al medio. La población y los sistemas productivos están estrechamente relacionados y, por lo tanto, las afirmaciones sobre la población deben estar coherentemente relacionadas con los sistemas productivos.

Resulta dificil calcular la población original del continente con los escasos datos existentes, que además son frecuentemente contradictorios. Hay quienes sostienen que habían 10 millones de habitantes, otros los aumentan a 50 o 100 millones. No existieron formas comparables de registrar cuantitativamente la población antes o después de la invasión. Por esa razón, para evaluar dichas cantidades, es necesario utilizar métodos indirectos. Uno de los tantos problemas que se presentan es el rápido descenso demográfico sufrido como consecuencia de las enfermedades, la represión, el maltrato, el hambre, los suicidios y sobre todo por la captura, esclavización y transporte forzado a plantaciones y minas. Borah y Cobk (1969) calcularon que en las tierras costeras mexicanas, durante los primeros 50 años de la conquista, la tasa de despoblación fue de 48 a 1. Esta tasa quiere decir que en 50 años la población descendió 48 veces (donde había 48,000 habitantes pasó a haber tan solo mil). En la isla de Cozumel, Edwards (1957) estimó que la tasa de despoblación fue de 28 a 1 en el período que va de 1518 a 1587. En el caso de Haití se mencionan tasas aún mayores (del orden de 400 a 1 o más). De los dos o tres millones de habitantes nativos que había en 1492 quedaban tan solo 250 en 1540 (Cook y Borah, 1971-4). En Jamaica se dió una situación igualmente dramática: la población aborigen (que era de unos 300,000 habitantes) desapareció (¿totalmente?) en menos de 50 años. La drástica disminución de la población de Panamá fue descripta por Sauer, Carl O. y la del Salvador y Yucatán por Eric Thompson (1970) y Daugherty (1969).

En el caso de Nicaragua, se evaluó su población original en aproximadamente un millón de habitantes (Radell, David, 1992, p.67). El Obispo Antonio de Zayas estimaba en 1578 que solo quedaban 8,000 habitantes nativos. Por su parte, Bartolomé de las Casas afirmaba que en los primeros 14 años de dominio español, 500,000 personas fueron sacados por la fuerza de Nicaragua para ser vendidos como es-clavos en otras partes del Imperio Español. Oviedo da una cifra análoga: 400,000. También con relación a Nicaragua, en una carta a la Corona española, Herrera expresaba que de la población aborigen original de 600,000 personas no quedaban vivos más de 30,000 en 1544. Como se aprecia en el cuadro adjunto, durante el período 1527 a 4536 se realizaron 1,280 viajes transportando 448,000 esclavos. En el momento de mayor tráfico (1535) hubo 210 viajes registrados y una "exportación" de 73,500 esclavos. Al año siguiente (1536) el número disminuyó a la mitad, seguramente por la rápida despoblación del país.

 (continúa)

Forma parte de un video recientemente subido en youtube a mi canal Mitos y verdades

https://www.youtube.com/watch?v=pdO2vBUbe8U

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