El euskera es un idioma hablado en el Euskal Herría (Vasconia o País Vasco en idioma euskera) correspondiendo aproximadamente al norte de España y suroeste de Francia.
Lo hablan unas 750,000 personas como lengua nativa, de los cuales 395,000 tienen competencia plena. El euskera, contiene algunas variaciones dialectales (Occidental, Central, Navarro, Suletino). Es la lengua oficial del País Vasco y la zona vascófona de Navarra y esta siendo regida desde el punto de vista lingüístico por la Real Academia de la Lengua Vasca (euskaltzaindia).
Desde el punto de vista etnolingüístico es una lengua aislada y no se le conocen parentescos con otras lenguas eurasiáticas o africanas. Se han propuesto múltiples hipótesis acerca de su origen pero las pruebas son inconcluyentes. Más recientemente han aparecido algunos elementos lingüísticos y genómicos que han indicado que es muy probable que el euskera antiguo haya estado vinculado al sardo antiguo (idioma de la isla de Cerdeña) como analizaremos más adelante.
El euskera (o su inmediato antecesor, el euskera arcaico) fue el idioma predominante de una amplia zona a ambos lados de los Pirineos, desde el río Garona y Burdeos al norte, la sierra de la Demanda y el Moncayo al sur, zonas de Cantabria y Burgos al oeste y Andorra al este.
Desde la Baja Edad Media, el euskera viene sufriendo un proceso, a veces interrumpido,
pero siempre continuado, de retroceso. Este declive se debe a factores
geográficos, políticos y sociológicos de diversa índole.
Cuando se
aprobó la Constitución española de 1978 en Navarra, el
euskera era hablado solo en su zona noroeste. En Álava, el
retroceso fue mayor, hablándose prácticamente solo en el valle de Aramayona, y
algo en los pueblos colindantes.
En Vizcaya, a pesar
de hablarse en casi toda la provincia, al no hablarse en el área metropolitana de Bilbao que
alberga entre el 85% y el 90% de la población, la extensión del euskera era
también reducida. En Guipúzcoa, se hablaba en toda la provincia, aunque con
focos fuertemente deseuskerizados, sobre todo en las zonas de fuerte migración
desde otros lugares de España durante el siglo xx. Finalmente, dentro de Francia se hablaba en la mitad aproximadamente del
departamento de Pirineos Atlánticos.
Sin
embargo, desde las últimas décadas del siglo xx el conocimiento del
euskera ha aumentado en todo Euskal Herria, aunque su uso en la calle se redujo entre 2007 y 2017, situándose en un 12,6%.26
En 2016 el 28,4 % de los habitantes del País Vasco, Navarra y País Vasco francés eran vascoparlantes. En
el enclave de Treviña y el Valle de Villaverde, el porcentaje de
vascoparlantes es del 22 % y 21 %, respectivamente. Del total de
hablantes de euskera, el 93,2 % (700 300) vive en España y el 6,8 %
(51 200) restante en Francia.
Aproximadamente otras 400 000 personas, el 16,4 %, son además
vascoparlantes pasivos (entienden el euskera pero tienen dificultades para
hablarlo). En el enclave de Treviño y en Valle de Villaverde los vascoparlantes
pasivos son el 17 %. En conjunto, el porcentaje de personas que tienen
algún conocimiento de euskera se eleva hasta el 40 % aproximadamente.
Según el Atlas de lenguas en peligro de extinción elaborado
por la Unesco,
el euskera está en situación de "vulnerable".
El idioma sardo, otro misterio
El sardo o lengua sarda es una lengua hablada
por los sardos, habitantes autóctonos de la isla de Cerdeña ubicada
entre el mar Tirreno y el mar Mediterráneo con una superficie de 24,100 km2 y 1,650,000
habitantes.
Desde 1997,
el idioma sardo, que es hablado por cerca de 1 millón de personas está
reconocido por leyes regionales y estatales.
Se le define como una lengua romance, incluso como la más cercana al latín original.
Sin embargo, de acuerdo a los enfoques lingüísticos de Carme J. Huertas, ni el sardo, ni ninguna otra lengua de las clasificadas como "romances" proviene del latín.
En particular la diferencia fundamental estriba en estructuras gramaticales completamente distintas que no permitieron una evolución idiomática que justificara la idea que ninguna de estas lenguas pudieran haber sido originadas a partir del latín, aunque se reconoce una profunda influencia tanto en el vocabulario y en las prácticas administrativas y burocráticas en todos los países de hablas romances.
Desde 1999, el sardo fue incluido en una lista de las doce minorías lingüísticas históricas de Italia, destacándose por ser numéricamente la más grande, aunque en
constante disminución.
Hoy en día, se destaca una regresión del sardo, lenta
pero constante y muy profunda. Los motivos son políticos y también
socioeconómicos (el uso del italiano presentado como un progreso social,
habiendo al contrario un estigma asociado con el del sardo, el despoblamiento
gradual de los barrios internos y el mutuo entendimiento con los idiomas de la
isla que no son sardos, etc.). Nótese que, frente a un 68% de personas que
hablan el sardo en una situación de diglosia (doble lengua) entre los
jóvenes en edad escolar esta porcentaje baja al 13% del total; el problema se
presenta mucho más en las ciudades, donde el idioma nativo casi ha
desaparecido, que en las aldeas. Se puede afirmar que, con la excepción de unas
subregiones (Goceano, Barbagia y Baronìa) que siguen siendo los principales
bastiones de la lengua, la isla está totalmente italianizada. Por estas razones
la UNESCO clasifica la lengua y todas sus variantes en serio peligro
de extinción.
Vascos y sardos: ¿un mismo origen?
Con la publicación por parte de Mattias Jakobsson de la
Universidad de Uppsala (Suecia) en el año 2015 de unos estudios genéticos que
apuntaban a que los vascos descendían de los primeros agricultores neolíticos
que comenzaron a expandirse por Europa desde la zona de Grecia hace 10.000 años
y se asentaron tanto en la isla de Cerdeña como en la península ibérica; siendo
la población sarda, según estos estudios, la población genómicamente más
similar a la la vasca, se ha vuelto a reavivar la teoría vasco-sarda al
emparentar de nuevo a los vascos con los sardos.
Cuando vamos los vascos al norte de la provincia de Burgos,
La Rioja, Soria, norte de Aragón y Cataluña o a Gascuña, a menudo, nos sentimos
como en nuestra propia tierra, porque muchos nombres de ríos, valles y pueblos
son vascos, de cuando antiguamente se habló euskara en esas tierras. Pero esta
misma sensación de estar en nuestra tierra la tenemos, también,
sorprendentemente, cuando vamos a la isla de Cerdeña.
Ya el eminente lingüista Koldo Mitxelena, que desarrolló a
través de la reconstrucción lingüística el protovasco (el euskara anterior a la
llegada de los romanos), se dio cuenta de las similitudes entre la lengua sarda
(lengua latina propia de Cerdeña surgida de la romanización de los sardos
prerromanos) y los romances surgidos de la romanización de los vascos
(castellano y gascón) o del romance expandido a zonas de habla vasca
(aragonés).
En sardo, al igual que en castellano o en gascón por
influencia fonética vasca, la /f/ inicial se convierte en /h/ aspirada en los
dialectos arcaicos, no existe diferencia entre /v/ y /b/, y existe la
imposibilidad de pronunciar erre al principio de la palabra, necesitando añadir
una vocal al comienzo de la palabra, tal y como ocurre en euskara:
Castellano
|
Sardo
|
Euskara
|
rey
|
urrey
|
errege (del latín regem)
|
El castellano muestra esta última tendencia también en
algunas palabras por influencia del euskara:
Italiano
|
Castellano
|
ruga
|
arruga
|
rancare
|
arrancar
|
Y también el gascón, por la misma influencia vasca, de forma
más abundante que en el castellano:
Castellano
|
Gascón
|
río
|
arriu
|
románica
|
arrománica
|
El castellano, al igual que el sardo, posee cinco vocales
sin distinción de grados, igual que el euskara, siendo las únicas lenguas
latinas con sólo cinco vocales.
El lingüista catalán Eduardo Blasco Ferrer, profesor de la
universidad de Cagliari (capital de Cerdeña), al estudiar los topónimos de
Cerdeña se dio cuenta de su correspondencia con topónimos de la cornisa cantábrica
y pirenaica. Si bien los topónimos de la costa de Cerdeña son prácticamente de
origen latino, en el centro de la isla, por su mayor aislamiento, se conservan
topónimos prerromanos que presentan gran similitud con topónimos de origen
vasco, que en algunas zonas superan el 40% de los topónimos.
Estableciendo la antigüedad de los topónimos prerromanos
sardos a través de la comparación de sus raíces con las reconstrucciones
lingüísticas del protovasco realizadas por Mitxelena y del anterior
preprotovasco desarrollado por Lakarra, y estableciendo, a su vez, similitudes
con topónimos de origen prerromano de toda la cornisa cantábrica y pirenaica,
llegó a una sorprendente conclusión: Cerdeña fue colonizada en tiempos
mesolíticos (8.000-5.000 a.C.) por gentes de habla preprotovasca.
Blasco Ferrer gracias a sus estudios no sólo llegó a la
conclusión de la corrección del preprotovasco (el euskara anterior a la llegada
de los celtas) desarrollado por Lakarra, que veía su correspondencia en los
arcaísmos conservados en la toponimia sarda, sino que a su vez podía establecer
una conexión con topónimos prerromanos de la cornisa cantábrica, fuera de la
zona vasca, cuya vinculación con la lengua vasca no estaba clara. Llegando a la
conclusión que en épocas mesóliticas, que fue la época histórica posterior al
paleolítico, en la que los grupos humanos comienzan a sedentarizarse, a
desarrollar las primeras ciudades, civilizaciones y un incipiente comercio, la
lengua preprotovasca se extendía por toda la cornisa cántabrica, Pirineos y
mitad sur de Francia.
Según Blasco Ferrer, el comercio de la obsidiana pudo llevar
a estos antiguos vascos a colonizar Cerdeña. Lo que es denominado en
lingüística como paleosardo, lengua de la que surge gran parte de la toponimia
prerromana de Cerdeña, derivaría de la lengua traída por estos colonizadores de
habla preprotovasca. En el año 2013 fueron encontradas en Barcelona seis piezas
de obsidiana que viajaron 1.200 km hace 6000 años desde su lugar de extracción
en la isla de Cerdeña.
La toponimia sarda muestra también la presencia de topónimos
más recientes de origen íbero, lo que lleva a pensar que los íberos ocuparon en
la península territorios anteriormente ocupados por hablantes de vasco y les
sustituyeron en el comercio con Cerdeña. Esta teoría es acorde con la que
indica que los íberos se asentaron inicialmente en la costa mediterránea de
Cataluña, ocupando territorios de habla vasca y enriqueciendo su idioma con
términos de origen vasco, de ahí provendrían las similitudes en algunas palabras
entre dos lenguas aisladas (sin relación con ninguna lengua conocida) como el
vasco y el íbero, cuyo origen común es inviable dada la incapacidad manifiesta
de realizarse traducciones de textos íberos con la lengua vasca. Según Blasco
Ferrer, la colonización inicial por hablantes de preprotovasco de Cerdeña se
realizó también desde la Cataluña mediterránea y, posteriormente, los íberos,
al asentarse en la zona de Cataluña, seguirían con ese comercio establecido por
los anteriores pobladores vascos.
Los estudios genómicos contradecirían esta teoría de Blasco
Ferrer ya que la colonización de los primeros agricultores de Cerdeña sería
anterior a la colonización de la península ibérica, por lo que la lengua
hipotéticamente antecesora del euskara y del paleosardo llegaría antes a
Cerdeña que a la península ibérica. Es decir, la colonización por parte de
estos primeros agricultores se habría realizado a través del mediterráneo de
este a oeste y no a la inversa, teniendo como origen la Grecia prehelénica.
Según Blasco Ferrer, la llegada de colonizadores íberos a
Cerdeña enriqueció léxicamente el idioma paleosardo pero sin afectar en gran
medida a la lengua hablada por los antiguos sardos.
Con la llegada de los romanos a la isla esta lengua
paleosarda sería sustituida gradualmente por el latín, dejándose de hablar
aproximadamente entre los siglos III-IV d.C.. Del latín pronunciado por
hablantes de paleosardo nacería el actual idioma sardo, por esta razón, según
Blasco Ferrer, que tenga tantas similitudes con el castellano o el gascón,
surgido de la romanización de vascos.
Este mismo sustrato lingüístico emparentable con el vasco,
aunque mucho menos estudiado que en el caso sardo, también ha sido encontrado
en la toponimia siciliana y en la lengua latina propia de Sicilia, el
siciliano, resto de una hipotética relación entre la lengua sicana (lengua
hablada en Sicilia antes de la romanización) y el euskara. El no mestizaje de
los vascos con indoeuropeos que apuntan los estudios genómicos, y la
insularidad tanto de Cerdeña como de Sicilia, habría propiciado en estos tres
territorios la conservación de las culturas neolíticas anteriores a la llegada
de los indoeuropeos a Europa occidental en el 2500 a.C . (según la
"explicación bélica" de su expansión) o en el 4500 a.C. (según la
"explicación agrícola"). Una expansión de los pueblos indoeuropeos en
Europa que acarreó que actualmente la mayoría de las culturas de Europa sean de
origen indoeuropeo (latinos, germanos, eslavos, griegos, albaneses,
armenios...) y que la vasca sea la única cultura de origen neolítico que
sobrevivió a esta expansión.
Palabras en preprotovasco, paleosardo, euskara y su
correspondiente traducción al español:
Preprotovasco
|
Paleosardo
|
Euskara
|
Español
|
Aran
|
Aran
|
Haran
|
Valle
|
Baso
|
Maso
|
Baso
|
Bosque
|
Bele
|
Mele
|
Beltz
|
Negro
|
Berri
|
Berri/Birri
|
Berri
|
Nuevo
|
Bini
|
Mini
|
Mihi
|
Lengua
|
Doni
|
Logi
|
Toki
|
Lugar
|
Dur
|
Lure
|
Lur
|
Tierra
|
Goni
|
Goni
|
Goi
|
Arriba
|
Ilhun
|
Ilune
|
Ilun
|
Oscuro
|
Kor/Gor
|
Gorri
|
Gorri
|
Rojo
|
Ur-Bar
|
Urbara
|
Ibar
|
Vega
|
https://en.wikipedia.org/wiki/Paleo-Sardinian_language
No hay comentarios:
Publicar un comentario