miércoles, 14 de agosto de 2019

Pueblos indígenas de Brasil
Los guaraní: extrema pobreza, expectativas de vida de apenas 40 años. El actual gobierno de Brasil de Jair Bolsonaro está agravando  estas condiciones.
Al presidente de Brasil no le importan los pueblos nativos
Los guaraní representan una de las naciones indígenas más importantes de Brasil, tanto histórica como demográficamente.  Sin incluir a sus parientes cercanos, los tupí, la población total de las comunidades guaraní ascendía a varios millones (tal vez del orden de 10 M), extendiéndose desde las selvas del norte de Mato Grosso hasta el delta del río Paraná. Su existencia se basaba en la pesca y la aplicación de prácticas agrícolas de tala y quema en los ambientes selváticos donde habitaban. Los principales cultivos eran el maíz, la mandioca, el boñato, el maní, los frijoles y el zapallo Nunca constituyeron sociedades urbanas ni estados centralizados. Generalmente las comunidades mantuvieron su autonomía, aunque podían establecerse alianzas durante las guerras.
Hay actualmente varios sub-grupos guaraníes que habitan el territorio de Brasil, e incluso se extienden a algunos países vecinos. Los principales son los kaiowá o pai tavytera con 30,000 integrantes, los m’bya guaraní con 20,00 y los ava chiripa con 10,000.  Los kaiowá habitan el sur de Mato Grosso y noreste de Paraguay, los m’bya guaraní, que han adoptado comportamiento migratorio, se extienden por el sur de Brasil, Paraguay, Argentina y ocasionalmente Uruguay. Los ava chiripá se encuentran sobre todo en Paraguay oriental.
En Brasil tanto los kaiowá como los m´bya han perdido prácticamente todas sus tierras tradicionales, manteniendo los kaiowá algunas pequeñas reservas en Mato Grosso do Sur y en gran medida habitando los barrios marginales de algunas ciudades del estado, como Dourados o Campo Grande. Los kaiowá que viven en las ciudades son extremadamente pobres y los adolescentes tienen una de las tasas de suicidios mayores del Brasil y de América.
Los m’bya por su parte sobreviven a orillas de los cursos de agua y al costado de los caminos vendiendo artesanías viviendo en una gran pobreza cn una expectativa de vida que apenas excede los 40 años.  
Con el gobierno anti-indígena de Bolsonaro los pueblos guaraníes han visto disminuir sus escasos márgenes de opciones de vida y subsistencia, los kaiowá no podrán recuperar las tierras tradicionales que reclaman e incluso pueden perder algunas de sus reservas actuales frente al avance de las grandes corporaciones y latifundios.
Con un gobierno intolerante los m’bya guaraní van a encontrar más dificultades en sus migraciones o para establecerse en tierras públicas o privadas.
Estos pueblos nativos requieren la mayor de las solidaridades, particularmente con las nuevas políticas anti-indígenas que se están observando.

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