miércoles, 23 de enero de 2019

La gran nación guaraní en el siglo XXI

El pueblo guaraní, estrechamente emparentado con las naciones tupí, fue uno de los más numerosos pde América del Sur.  El medio natural de los guaraní es la selva en donde realizan sus cultivos (mandioca, batata, maíz) y utilizan los abundantes ríos para pescar. Debido a que los suelos de la selva (ferralíticos) son de escasa fertilidad y no soportan muchos años de cultivos ininterrumpidos, los pueblos agricultores selváticos como los guaraní deben cambiar sus aldeas con cierta frecuencia. Esta característica no se presta para desarrollar ciudades o entidades políticas de tipo estatal. Por esa razón los territorios guaraníes estaban constituidos por cientos de comunidades esparcidas en la región tropical sudamericana intercaladas con poblaciones de etnias selváticas diferentes (como los pueblos de raíz arawak).  
Durante la conquista y colonización los guaraníes fueron eliminados, esclavizados, reducidos en misiones religiosas y en todos los casos desplazados de sus territorios tradicionales. Los guaraníes que sobrevivieron se refugiaron en lo más profundo de los montes, por lo cual se les llamó “guaraníes monteses” o en zonas periféricas a las selvas tropicales.
En las últimas décadas la tala de los bosques para su conversión ganadera o agrícola obligó a muchas comunidades resistentes a migrar en diferentes direcciones.
En el siglo XXI (2019) sobreviven varias naciones guaraníes en el sur de América con una población total de más de 300,000 personas.
Las principales son las siguientes.
Guarani Ñandeva o Ava Chiripá: generalmente se localizan en Paraguay oriental y en los estados de Paraná y Sao Paulo en Brasil. Es un pueblo que se ha integrado parcialmente. En algunas aldeas han sufrido el embate de las iglesias. Primero fue la iglesia católica, ahora son los cultos evangélicos. Estos “predicadores” han buscado reducir la espiritualidad y ritos tradicionales guaraníes con éxito parcial. De todas maneras el  ñanderekó (modo de ser guaraní) todavía subsiste. Los ñandeva son aproximadamente 25,000 de los cuales unos 13,000 están en Brasil y el resto en Paraguay
Pai Tavyterá o Guarani Kaiová: son comunidades que sobreviven en Paraguay nororiental y en el estado de Mato Grosso do Sul en Brasil. Son pueblos que han sido empujados y desplazados por la agricultura y el pastoreo quedando reducidos a pequeñas reservas en áreas de baja productividad. En Mato Grosso muchas comunidades Kaiová han debido desplazarse a las ciudades, como Dourados, donde conviven con otras comunidades indígenas (p.ej. Terenas) en condiciones de extrema pobreza y discriminación. Esta situación ha llevado al suicidio a muchos jóvenes Kaoivás.
Su población total aproximada es de 50,000 integrantes.
Mbya Guaraní: son guaraníes monteses que se vieron obligados a migrar a partir de sus territorios selváticos tradicionales. Además de la destrucción de su hábitat los Mbyá tenían el acicate existencial religioso encarnado en la búsqueda de la Yvy Mara He’y (que fuera traducida como la “tierra sin mal”, pero más bien es “la selva sin huellas” o la “selva virgen”).  Debido a esta concepción las comuidades Mbya migraron en muchas direcciones. Algunos se asentaron en las orillas de los ríos, otros al costado de los caminos, e incluso en los suburbios de las ciudades. Hay comunidades Mbya en Paraguay oriental, en todos los estados sureños de Brasil, en Argentina (en la provincia de Misiones) y algunos llegaron a Uruguay en el sur y Bolivia al norte. Son la nación guaraní que ha conservado con más firmeza las tradiciones religiosas, desarrollan sus ceremonias, cuando pueden cultivan sus parcelas al modo tradiconal, construyen sus templos, y se resisten a las obligaciones burocráticas de los estados (como obtener documentos de identificación, enviar los niños a las escuelas de los estados en que habitan, vacunarse, etc).
Son pueblos muy desconfiados y con razón. Su población total es aproximadamente 30,000 personas.
Chiriguanos o Ava Guaranís: son guaraníes que en tiempos anteriores a la conquista se desplazaron hacia el oeste confrontando el expansionismo inca estableciéndose en las faldas de las sierras cruceñas y llanuras adyacentes. Luego de la conquista y colonización sufrieron las encomiendas españolas y más tarde, el dominio de las autoridades de la República de Bolivia. El pueblo ava guaraní se rebeló contra el gobierno boliviano a fines del siglo XIX. Los rebeldes fueron masacrados en Kuruyuki y su buruvichá (líder), Apiaguaiqui Tumpa (o Tüpa), fue capturado, torturado y fusilado. Se estima que en esos combates murieron más de 6,000 ava guaraní. El 28 de enero de este año (2017) a 125 años de la masacre, por primera vez, el presidente de Bolivia, Evo Morales, concurrió a las comunidades ava para homenajear al mártir de la lucha chiriguana con las crueles elites criollas bolivianas. En la actualidad en las comunidades Ava Guaraní habitan unas 30,000 personas.
Ache Guayakís: los Aché Guayakí o simplemente Aché (ellos no aceptan el término guayakí) está integrada por comunidades de la región este de Paraguay que habitan allí desde tiempos inmemoriales. Es un pueblo más antiguo que los propios guaraní. Los guaraní se asentaron en Paraguay y zonas de influencia hace unos 2,000 años. Los aché ya estaban allí hacía mucho tiempo. Tenían su propia lengua pero gradualmente se guaranizaron y desarrollaron su propio dialecto sincrético. Han sido desplazados de su territorios tradicionales y viven en una situación de discriminación y extrema pobreza. Se encuentran localizados en Paraguay y  su población total es de unos 2,000 integrantes.
Guarayos (chanés guaranizados): son pueblos Chané (Arawak) del pie de monte de las sierras de Santa Cruz. En tiempos anteriores a la conquista fueron invadidos por los Ava Guaraníes iniciando un proceso de guaranización. Con las políticas del nuevo gobierno boliviano han logrado desarrollar autoridades electivas y autónomas. Su población total es aproximadamente 15,000 y en aumento. Habitan en el departamento de Santa Cruz, Chiquisaca y Tarija. En Argentina hay unos 2,500 guarayos.
Izoceños (chanés guaranizados). También son pueblos Chané guaranizados, pero fueron los que sufrieron menos la influencia Ava Guarani. Habitan los pantanos del Isozog que son los humedales más extensos de la región (600,000 hectáreas) en el Departamento de Santa Cruz en Bolivia.
Mantienen un Gobierno étnico consolidado en un territorio con su sistema ecológico prácticamente intacto, no alterado por actividades de tipo comercial. La región está dominada por el río Parapetí, que se seca completamente a la altura de las primeras comunidades isoceñas en los meses de invierno. I oso oso significa, en guaraní, "el agua que se corta". Por lo menos el 80% de los que habitan en las inmediaciones del curso del río son nativos, plenamente integrados a los ciclos básicos del ecosistema. Viven de la pesca -cuando el río tiene agua, aunque conservan parte de lo obtenido hasta bien entrada la estación seca-, la caza de subsistencia, la recolección y los recursos forestales. También desarrollan agricultura y ganadería en forma familiar y colectiva.   La organización política se basa en las capitanías. La autoridad máxima es el "Tenta Ruvisa Guasu" (El que cuida o guía la comunidad), cuyo cargo generalmente es hereditario, su función es la de conciliador o mediador entre los izoceños y las autoridades públicas y privadas; él no decide, ejecuta la voluntad del pueblo que mediante asambleas delibera y toma decisiones.  Existe un Capitán Grande que representa a todos las comunidades del Izozog -actualmente 17 a lo largo del río Parapetí-, está asistido por los Capitanes del Alto y Bajo Izozog. Administran una subalcaldía y el Parque Kaa Iya en el Chaco boliviano. Aunque la Iglesia católica actúa desde 1960 en la región, no se ha podido erradicar la cosmovisión y el pensamiento indígena que hoy es más cercano al guaraní que al chané.
Al igual que los Guarayos, con las políticas del nuevo gobierno boliviano los Izceños han logrado desarrollar autoridades electivas y autónomas. Su población se estima en 30,000 personas.

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