jueves, 16 de agosto de 2018


La guerra guaranítica

El acontecimiento que habría de tener más influencia en la posterior evolución de la Banda Oriental fue el Tratado de Madrid en 1750[1] entre España y Portugal, por el cual se redefinió la frontera en todas las colonias americanas de estos dos imperios europeos dejando los siete pueblos orientales en territorio portugués y desencadenando la reacción tape-jesuítica.
Para rediseñar los límites de las colonias del sur de América dos partidas oficiales comandadas por sendos geógrafos de cada país, salieron respectivamente de Montevideo y Rio Grande encontrándose en la zona de los Castillos (actual Cabo Polonio) en 1751. El primer mojón fue colocado en un peñasco adyacente al Cerro de la Buena Vista o Monte de Castilhos (como es designado por J.F. Fernandes Pinheiro) [2] en 1752. El segundo mojón fue ubicado en un sitio denominado de la India Muerta (seguramente en un cerro cercano al arroyo actualmente conocido por dicho nombre) y el tercero en una sierra 5 leguas al norte de la bahía de Maldonado (la población de San Fernando de Maldonado todavía no había sido fundada)[3]. Los sucesivos mojones y límites fueron establecidos a lo largo de la Cuchilla Grande hasta el río Ibicuy y de allí siguiendo este río hasta el Uruguay.
La confección de estos límites dejó varias poblaciones españolas en manos portuguesas tanto en el sur de América como en otros confines de los imperios. Uno de los elementos contenciosos principales se dió en el norte de la Banda Oriental en donde el tratado obligaba a abandonar los siete pueblos misioneros orientales.   
Apenas se enteraron de la decisión de los gobiernos, los habitantes de las comunidades misioneras a ser desplazadas, se rebelaron contra la decisión comandados por varios líderes indios y jesuitas. Uno de los primeros pueblos rebelados fue el de San Miguel, cuyos pobladores capitaneados por el padre jesuita Lorenzo Balda y el líder indígena Sepé reunieron 600 hombres en armas y se lanzaron al encuentro de las divisiones demarcadoras.
A partir de ese momento se desencadenó la llamada guerra guaranítica  o guerra de los tapes (esta guerra puede ser considerada como la segunda guerra guaranítica) que prosiguió hasta 1756 culminando en un enfrentamiento total entre las huestes tapes y los ejércitos combinados de España y Portugal.
Los tapes estaban organizados política y militarmente bajo las órdenes conjuntas de un mando indígena y jesuíta y respondían a la autoridad política de Nicolas Languiru (que había sido declarado por sus seguidores: Nicolas I, rey de Paraguay).
El ejército portugués estaba compuesto por unos mil hombres y el español por 1,500. Se reunieron para dar las últimas batallas el 16 de enero de 1756 en las nacientes del río Negro. Los enfrentamientos principales se dieron en febrero, especialmente en la batalla de Caibaté en donde 2,500 hombres al mando de Nicolás Languiru fueron derrotados por los ejércitos imperiales tras sangrienta batalla.
Los tapes peleaban con lanzas y desorganizadamente contra las armas de fuego y la organización profesional de los dos ejércitos europeos. El resultado fue una verdadera masacre. Miles de indios misioneros fueron liquidados con gran facilidad y casi sin pérdidas por los ejércitos de las dos potencias.
El episodio es descripto por J.F.Fernandes Pinheiro de la siguiente manera: "Ainda hoje o viandante sensível e bom contempla com horror essas planícies, onde iludidos, bisonhos, e desarmados índios foram empenhados por destros conselheiros em desigual combate contra tropas aguerridas, e bemm petrechadas; em poucas horas ficaram juncadas de mil e duzentas destes malfadados, de infinidades de lancas, flechas, e arcos, e prisioneiros cento e vintesete; por troféus duas bandeiras de nobreza encarnada, tres pecas de artilharia calibre 1, e algunas espingardas..." y luego "...dos nossos saíram feridos..." (un total de dieciocho) "...e morto um; e dos espanhois dez soldados feridos, e mortos dois." O sea, ¡1,200 muertos del lado misionero, 3 muertos del lado hispano-portugués!
Luego de varias otras batallas tan desiguales como la recientemente mencionada los ejércitos tapes fueron totalmente derrotados y sus desorganizados remanentes se refugiaron con sus familias en el territorio español cruzando el río Ibicuy, fundamentalmente para escapar de la amenaza bandeirante. A partir de ese momento las poblaciones Misioneras fueron cayendo una a una, algunas como San Miguel, fue abandonada por sus pobladores, otras no tuvieron más remedio que capitular (San Lorenzo y San Borja)[4]. Con el tiempo, muchos de los pobladores de las Misiones conquistadas emigraron de sus pueblos para unirse a los remanentes de las fuerzas derrotadas. Debido a que la guerra reciente también había incluído a España como enemigo, la gran mayoría de los fugados trataron de evitar las zonas españolas más pobladas refugiándose más bien en zonas periféricas, sobre todo hacia el este y el sur.
Al principio se desplazaron hacia el sur, a lo largo de los montes de la costa del río Uruguay, y finalmente hacia las sierras de la Banda Oriental, tanto de la actual escarpa de Haedo como de las Sierras de Maldonado.
El conocido historiógrafo riograndense Visconde de Sao Leopoldo, (J.F.Fernandes Pinheiro) en su obra citada estimó en unos 14,000 los refugiados guaraníes que se desplazaron al sur del Ibicuy después de la guerra. J.F. Fernandez Pinheiro describe así este episodio: "Os indios, que escaparm no desbarato geral, internaram-se pelos bosques das margem Oriental do Uruguai, aos quais agregando-se outros, que se estimaram en quatorze mil, faziam frequentes correrias".  Como resultado de ello se produjo una profunda transformación demográfica y étnica de la población de la Banda Oriental española.
Reproducido del libro "Uruguaypirí" de D.Antón


    [1] El Tratado de Madrid entre las coronas española y portuguesa se firmó el 13 de enero de 1750 y fue ajustado por instrucción del 17 de enero de 1751.
    [2] Hay una descripción muy detallada de estos episodios en "Anais da Provincia de Sao Pedro" de José Feliciano Fernandes Pinheiro, Visconde de Sao Leopoldo, escrito en la década de 1830 y republicado por Mercado Aberto, en Documenta 11, Porto Alegre, 1982, 250 pp. Utilizamos esta referencia con frecuencia en este capítulo.
    [3] Maldonado fue fundada con familias españolas, criollas e indias (tapes) en 1757.
    [4] Descripto por Salvador Cabral en su obra: Andresito Artigas en la Emancipación Americana; ed. Tiempo de América, Castañeda, Buenos Aires, 1980.

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