lunes, 20 de agosto de 2018



El primer gran caudillo gaucho: Don José Artigas
Don José Artigas era hijo de familias fundacionales de Montevideo. Su abuela paterna, Doña Ignacia Javiera Carrasco era descendiente de una princesa inca: Beatriz Tupac yupanqui, por lo cual José Artigas era también marginalmente mestizo[1]. Su abuelo paterno, Juan Antonio Artigas había llegado muy joven con su familia a Montevideo desde Buenos Aires y todas las referencias apuntan a un hombre decidido que se adaptó rápidamente a la vida en esta aldea-puerto aislada en el medio de gran país "pampa". Carlos Maggi acaba de demostrar su particular relación con los indios pampas (minuanes) que lo llevó a viajar con frecuencia por la campaña para tratar con éstos en nombre de los vecinos de Montevideo. José Artigas nació en 1764 cuando ya se habían incorporado a la campaña los inmigrantes misioneros. El personaje del gaucho estaba recién comenzando a dibujarse. Todo parece indicar que por 1778, el joven José se escapa (?) de la estancia de su padre Martín Artigas y se interna en la campaña oriental en pleno proceso de "gauchización".
Durante los siguientes 19 años, José Artigas no figura en los censos (al igual que la mayoría de los gauchos e indios "bravos") seguramente debido a que estaba de alguna manera integrado a las comunidades gauchas de las pampas del país.
En alguna oportunidad hay referencias[2] a un contrabandista de ganado (¿gaucho o changador?) un "bandido" llamado Pepe Artigas quien, aparentemente con la complicidad de una partida de indios "infieles" logra escabullirse del destacamento español que lo intentaba detener.
Dice Maggi: "El comandante de Santa Tecla, don Francisco Lusero, le da cuenta al  virrey: facilitó 19 hombres para la aprehensión de las tropas, caballos y mulas que don Manuel antonio Portugués y Pepe Artigas arrean en dirección a la estancia de Pintos en el Bancacay. Este Refuerzo fue enviado el 3 de enero". Once días después el teniente Esteban hernández toma contacto con los contrabandistas entre las 10 y las 11 de la mañana: "estando parado con mi partida en el arroyo del Sarandí.. en la Sierra de Ibirapitá, me dio aviso el baqueano Francisco López que había divisado unos jinetes con hacienda, a cuya parte mandé inmediatamente montar a caballlo la partida y que se dirigiese el sargento Francisco Rodríguez por un lado del arroyo con unos soldados...Yo me dirigí con otros tantos por otro lado para tomarlos entre dos fuegos..." Finalmente resultaron no ser los supuestos contrabandistas, sino 200 indios infieles, de nación charrúa, alzados en estas sierras. Los charrúas "acometieron... con intrepidez" matando dos soldados y luego se detuvieron a la distancia en formación.  Luego de enviar dos caciques a parlamentar, los charrúas acordaron retirarse. Según Maggi, probablemente se trató de una maniobra que hicieron los charrúas para permitir que Pepe Artigas y sus 4,000 cabezas pudieran pasar sin ser hostigados[3]. Se pregunta este autor: "¿porque los charrúas ayudaban jugándose la vida, al changador Pepe Artigas? ¿iría el contrabandista a vender en Bacacay para su beneficio o por cuenta y order de la tribu charrúa?"
Hay también referencias a este "bandido" rodeado por varios jóvenes que lo escuchaban "alucinados"[4]. De acuerdo al estudio en profundidad de este tema llevado a cabo por C. Maggi, José Artigas habría vivido entre los charrúas y minuanes parte del tiempo que estuvo "a monte" en su juventud. Hay elementos para creer que el famoso cacique charrúa llamado "El Caciquillo" era hijo biológico de José Artigas lo cual demostraría esa íntima vinculación entre Artigas y los indios pampas.
Por 1797, Artigas recibe una amnistía y se incorpora en el recién creado cuerpo de Blandengues para llevar a cabo tareas de policía de fronteras. Según Maggi es en ese momento que Artigas "deja la tribu charrúa"[5]. Durante su período de servicio  (7 años) que termina con el grado de Capitán, José Artigas parece tener una actitud muy poco beligerante para con los charrúas y otros grupos indígenas. Según lo demuestra C.Maggi en la obra citada[6], en varias oportunidades el blandengue Artigas le "escurre el bulto" a la acción represiva y se limita a pasearse por la campaña que tan bien había conocido en sus años de "gaucho".
En 1804, cuando logra la baja por motivos de salud (era reumático y aparentemente ello le dificultaba cabalgar con libertad aunque en tiempos posteriores siguió montando hasta los últimos días de su vida), logra que le otorguen una suerte de estancia en el paraje de Arerunguá (hoy Departamento de Salto, cerca de Tacuarembó) a donde desde entonces se traslada con frecuencia. Debemos recordar que la zona de Arerunguá era zona pampa y casi fuera del alcance de las fuerzas militares españolas[7]. Sin embargo Artigas se establece allí y sobrevive con facilidad.
Todo parece indicar que cuando Artigas elige Arerunguá para establecerse, es porque durante sus muchos años en la campaña, había centrado sus actividades en esa zona, que seguramente conocía como la palma de su mano.
Evidentemente sus lazos con la nación charrúa eran profundos. Artigas había convivido con los pampas por varios años, tenía muchos amigos en las tolderías y también, por lo menos, un hijo[8]. En ese sentido, es ilustrativa la carta que Artigas le escribió al Caciquillo en 1812 que dice entre otras cosas: " Nada habrá capaz de dividir nuestra unión y cuando los enemigos se presenten al ataque, nos verá el mundo ostentar nuestra amistad y la confianza que mantenemos. Yo estoy convencido de tus buenos sentimientos; por ellos y por las demás condiciones que te adornan, será siempre un amigo tuyo y de los que te siguen, tu padre, Artigas" [9].
Joaquín Lenzina, el gran payador del artiguismo y compañero de Artigas, en su poesía a los charrúas manifiesta indiscutiblemente esta relación que mantenían los charrúas con Artigas, llamándolo su "gran cacique".
Del libro "Uruguaypirì" de D.Antón




    [1] Según Luis Enrique Azarola Gil, ref. en "
Artigas y los Indios, por Eugenio Petit Muñoz, incluído en la obra "Artigas" de Ediciones de "El País", Montevideo, 1959).
    [2] Señala Maggi: "El comandante de Santa Tecla, don Francisco Lusero, le da cuenta al virrey: facilitó 19 hombres para la aprehensión de las tropas, caballos y mulas que don Manuel Antonio Portugués y Pepe Artigas arrean en dirección a la estancia de Pintos en el Bacacay. Este refuerzo fue enviado el 3 de enero."; p.72, C.Maggi, op.cit.
    [3] Referencia de Carlos Maggi; "Artigas y su hijo el caciquillo"; Editorial Fin de Siglo, Montevideo, pp.74 y 75; 1991.
    [4] Nicolas de Vedia, quien conocía a Artigas desde la infancia y que lo encontró por 1793 en el norte de la Banda escribió: "Habrían pasado cosa de 16 a 18 años, cuando después que abrazó la su carrera de vida suelta lo vi por primera vez en una estancia a orillas del Bacacay, circundado de muchos mozos alucinados que acababan de llegar con una crecida porción de animales a vender"; C. Maggi; op.cit. p.70.
    [5] Ref.Maggi C., op.cit. p.79.
    [6] Ref. Maggi, C. op.cit. p.85 y 86.
    [7] Toda la zona norte del río Negro, y especialmente a cierta distancia del río Uruguay, era considerada por los españoles como una "tierra de nadie y sin ley" sujeta a las "depredaciones de infieles y bandidos".
    [8] Según Maggi, C. lo más probable es que se tratara de un hijo biológico. De cualquier manera, el tratamiento que le otorgaba al Caciquillo denotaba una indudable comunidad espiritual.
    [9] En otra ocasión Artigas le pide a Carranza que auxilie "a mi Caciquillo". En su época de los Blandengues, hay una curiosa anécdota de un pequeño charrúa que es recogido y protegido por Artigas que era probablemente este "Caciquillo", ref. de Carlos Maggi, op.cit.

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