El primer gran caudillo gaucho: Don José Artigas
Don José
Artigas era hijo de familias fundacionales de Montevideo. Su abuela paterna,
Doña Ignacia Javiera Carrasco era descendiente de una princesa inca: Beatriz
Tupac yupanqui, por lo cual José Artigas era también marginalmente mestizo[1]. Su abuelo paterno, Juan Antonio Artigas
había llegado muy joven con su familia a Montevideo desde Buenos Aires y todas
las referencias apuntan a un hombre decidido que se adaptó rápidamente a la
vida en esta aldea-puerto aislada en el medio de gran país "pampa".
Carlos Maggi acaba de demostrar su particular relación con los indios pampas (minuanes)
que lo llevó a viajar con frecuencia por la campaña para tratar con éstos en
nombre de los vecinos de Montevideo. José Artigas nació en 1764 cuando ya se
habían incorporado a la campaña los inmigrantes misioneros. El personaje del
gaucho estaba recién comenzando a dibujarse. Todo parece indicar que por 1778,
el joven José se escapa (?) de la estancia de su padre Martín Artigas y se
interna en la campaña oriental en pleno proceso de "gauchización".
Durante los
siguientes 19 años, José Artigas no figura en los censos (al igual que la
mayoría de los gauchos e indios "bravos") seguramente debido a que estaba de
alguna manera integrado a las comunidades gauchas de las pampas del país.
En alguna
oportunidad hay referencias[2] a un contrabandista
de ganado (¿gaucho o changador?) un "bandido" llamado Pepe Artigas
quien, aparentemente con la complicidad de una partida de indios
"infieles" logra escabullirse del destacamento español que lo
intentaba detener.
Dice Maggi:
"El comandante de Santa Tecla, don Francisco Lusero, le da cuenta al virrey: facilitó 19 hombres para la
aprehensión de las tropas, caballos y mulas que don Manuel antonio Portugués y
Pepe Artigas arrean en dirección a la estancia de Pintos en el Bancacay. Este Refuerzo
fue enviado el 3 de enero". Once días después el teniente Esteban
hernández toma contacto con los contrabandistas entre las 10 y las 11 de la
mañana: "estando parado con mi partida en el arroyo del Sarandí.. en la
Sierra de Ibirapitá, me dio aviso el baqueano Francisco López que había divisado
unos jinetes con hacienda, a cuya parte mandé inmediatamente montar a caballlo
la partida y que se dirigiese el sargento Francisco Rodríguez por un lado del
arroyo con unos soldados...Yo me dirigí con otros tantos por otro lado para
tomarlos entre dos fuegos..." Finalmente resultaron no ser los supuestos
contrabandistas, sino 200 indios infieles, de nación charrúa, alzados en estas
sierras. Los charrúas "acometieron... con intrepidez" matando dos
soldados y luego se detuvieron a la distancia en formación. Luego de enviar dos caciques a parlamentar,
los charrúas acordaron retirarse. Según Maggi, probablemente se trató de una
maniobra que hicieron los charrúas para permitir que Pepe Artigas y sus 4,000
cabezas pudieran pasar sin ser hostigados[3]. Se pregunta este
autor: "¿porque los charrúas ayudaban jugándose la vida, al changador Pepe
Artigas? ¿iría el contrabandista a vender en Bacacay para su beneficio o por
cuenta y order de la tribu charrúa?"
Hay también
referencias a este "bandido" rodeado por varios jóvenes que lo
escuchaban "alucinados"[4]. De acuerdo al
estudio en profundidad de este tema llevado a cabo por C. Maggi, José Artigas
habría vivido entre los charrúas y minuanes parte del tiempo que estuvo "a
monte" en su juventud. Hay elementos para creer que el famoso cacique
charrúa llamado "El Caciquillo" era hijo biológico de José Artigas lo
cual demostraría esa íntima vinculación entre Artigas y los indios pampas.
Por 1797,
Artigas recibe una amnistía y se incorpora en el recién creado cuerpo de
Blandengues para llevar a cabo tareas de policía de fronteras. Según Maggi es
en ese momento que Artigas "deja la tribu charrúa"[5]. Durante su período de servicio (7 años) que termina con el grado de Capitán,
José Artigas parece tener una actitud muy poco beligerante para con los
charrúas y otros grupos indígenas. Según lo demuestra C.Maggi en la obra citada[6], en varias oportunidades el blandengue
Artigas le "escurre el bulto" a la acción represiva y se limita a
pasearse por la campaña que tan bien había conocido en sus años de
"gaucho".
En 1804,
cuando logra la baja por motivos de salud (era reumático y aparentemente ello
le dificultaba cabalgar con libertad aunque en tiempos posteriores siguió
montando hasta los últimos días de su vida), logra que le otorguen una suerte
de estancia en el paraje de Arerunguá (hoy Departamento de Salto, cerca de
Tacuarembó) a donde desde entonces se traslada con frecuencia. Debemos recordar
que la zona de Arerunguá era zona pampa y casi fuera del alcance de las fuerzas
militares españolas[7]. Sin embargo
Artigas se establece allí y sobrevive con facilidad.
Todo parece
indicar que cuando Artigas elige Arerunguá para establecerse, es porque durante
sus muchos años en la campaña, había centrado sus actividades en esa zona, que
seguramente conocía como la palma de su mano.
Evidentemente
sus lazos con la nación charrúa eran profundos. Artigas había convivido con los
pampas por varios años, tenía muchos amigos en las tolderías y también, por lo
menos, un hijo[8]. En ese sentido, es
ilustrativa la carta que Artigas le escribió al Caciquillo en 1812 que dice
entre otras cosas: " Nada habrá capaz de dividir nuestra unión y cuando
los enemigos se presenten al ataque, nos verá el mundo ostentar nuestra amistad
y la confianza que mantenemos. Yo estoy convencido de tus buenos sentimientos;
por ellos y por las demás condiciones que te adornan, será siempre un amigo
tuyo y de los que te siguen, tu padre, Artigas" [9].
Joaquín
Lenzina, el gran payador del artiguismo y compañero de Artigas, en su poesía a
los charrúas manifiesta indiscutiblemente esta relación que mantenían los
charrúas con Artigas, llamándolo su "gran cacique".
Del libro "Uruguaypirì" de D.Antón
Del libro "Uruguaypirì" de D.Antón
Artigas y los Indios, por Eugenio Petit
Muñoz, incluído en la obra "Artigas" de Ediciones de "El
País", Montevideo, 1959).
[2] Señala Maggi: "El comandante de Santa Tecla, don Francisco
Lusero, le da cuenta al virrey: facilitó 19 hombres para la aprehensión de las
tropas, caballos y mulas que don Manuel Antonio Portugués y Pepe Artigas arrean
en dirección a la estancia de Pintos en el Bacacay. Este refuerzo fue enviado
el 3 de enero."; p.72, C.Maggi, op.cit.
[4] Nicolas de Vedia, quien conocía a Artigas desde la infancia y que lo
encontró por 1793 en el norte de la
Banda escribió: "Habrían pasado cosa de 16 a 18 años, cuando después
que abrazó la su carrera de vida suelta lo vi por primera vez en una estancia a
orillas del Bacacay, circundado de muchos mozos alucinados que acababan de
llegar con una crecida porción de animales a vender"; C. Maggi; op.cit.
p.70.
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