lunes, 5 de marzo de 2018


Siria
La batalla de Ghuta oriental, la derrota de los jihadistas y una estratagema sangrienta de los imperios.

Una de las batallas más duraderas y sangrientas que tienen lugar en Siria ocurrió, y en parte aún continúa, en en el área metropolitana de Damasco.   
Damasco, también llamada ash-Sham es la capital y ciudad más grande de Siria junto con Alepo, que hace unos meses fue recuperada por el gobierno central con un gran costo humano.
Damasco es  una de las ciudades habitadas más antiguas del mundo (más de 4000 años) y un importantísimo centro cultural, religioso y político del Mediterráneo oriental. La población antes de la guerra era de unos 2 millones de habitantes.
El sector oriental del área metropolitana de Damasco está constituido por un oasis formado por el río Barada river que fluye alrededor del sitio donde fue fundada la ciudad de Damasco.   Este sector se denomina Ghuta.

A partir de la antigüedad, en ese lugar se excavaron canales de regadío en ambos lados del río Barada.  Allí se produjeron históricamente una gran variedad de cereales, vegetales y frutos.
En los años ochenta, el crecimiento urbano de Damasco comenzó a sustituir el uso agrícola del área como actividades industriales.
La zona tradicionalmente irrigada y crecientemente urbanizada de Ghuta (especialmente Ghuta oriental) fue ocupada en 2013 por militantes de varios movimientos jihadistas apoyados por Arabia Saudita, los Estados Unidos e indirecta y disimuladamente por el propio estado de Israel con el fin de debilitar al gobierno de Bashar Assad (y del largamente gobernante partido Baath),  Los grupos jihadistas son la brigada Fajr al-Umma, la Legión Al-Rahman y las Brigadas al- Bara, que a su vez han  tenido enfrentamientos entre ellos en el interior del enclave.
Assad, por su parte, es apoyado por la Federación Rusa, Irán y el movimiento Hezbolla de Líbano.
La presencia jihadista en los suburbios de la propia ciudad de Damasco donde tiene su sede el gobierno de Siria es una situación que, obviamente, amenaza la propia sobrevivencia del gobierno de Assad.
Durante cinco años la zona de Ghuta oriental estuvo rodeada por las fuerzas del ejército de la República de Siria. Allí sobrevivieron con dificultad varios cientos de miles de habitantes (originalmente unos 400,000) sometidos a bombardeos y privaciones.  
A pesar que el área es  muy pequeña (unos 100 km2), que estuvieron rodeados y que han tenido enfrentamientos entre ellos, los grupos jihadistas resistieron y mantuvieron el control del área sin dejar que los habitantes de la zona pudieran escapar de ella..
Últimamente los ataques han arreciado y la región de Ghuta fue finalmente recuperada por las las fuerzas del gobierno.
En cierto sentido se puede decir que en Ghuta oriental se definió el desenlace de la guerra de Siria.
En la batalla de Ghuta oriental han muerto o han sido heridas miles de personas y la destrucción material es casi total.
Como siempre, en este juego entre las grantes potencias y los protagonistas políticos  y militares, las víctimas son los habitantes de los barrios y aldeas de la región de Ghuta oriental..
La última maniobra, que no fue la primera vez, fue la simulación de un ataque químico por parte de los militantes jihadistas que fue utilizada como excusa para un ataque de EEUU, Reino Unido y Francia, complementado por ataques aéreos de Israel a varios blancos de la República de Siria, incluyendo varias instalaciones, aeropuertos y bases militares. El ataque fue un día antes que se iniciara la investigación sobre el fingido ataque químico, tal vez para prevenir posibles resultados negativos de la investigación.
El ejército sirio repelió el ataque utilizando armas antiaéreas de fabricación rusa, pero siempre existe el riesgo de una escalada militar que puede llevar a enfrentamientos mucho más serios, con participación de Rusia e Irán. 


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