sábado, 29 de julio de 2017

Un pueblo muy antiguo: los !kung san (bosquimanos)
Danilo Antón

Los !kung san, que habitan los desiertos del Kalahari y Namib en el suroeste de África, son actualmente un remanente antrópico arrinconado en localizaciones marginales. Forman parte de la primera y más antigua civilización del sur de Africa, que se remonta, probablemente, a más de 100,000 años.
Los !kung san son las verdaderas Primeras Naciones del continente africano (y tal vez del planeta).
Esta cultura sobreviviente está organizada en pequeñas comunidades de unas veinte o treinta personas durante los períodos de lluvias, concentrándose en número mayor en la época seca. Se alimentan de pequeños animales y recolectan plantas, en particular las nueces del árbol de “mongongo” (Schinziophyton rautanenii) que proporcionan la mayor parte de su  alimentación. Esta planta de porte arbóreo, raíces profundas y resistente a la sequia, que puede llegar a una altura de 15 a 20 metros, crece en los suelos arenosos del Kalahari o del Namib. Sus frutos poseen corteza dura y puede ser almacenados y consumidos luego de varios meses.
Al igual que muchas sociedades tradicionales que viven en estrecho contacto con la naturaleza y viven en comunidades familiares y tribales, los !kung san otorgan un profundo sentido espiritual a los elementos naturales, a la libertad individual y a la solidaridad con los demás miembros de su grupo.  No son sociedades jerárquicas y por lo tanto no tienen jefes ni subordinados. Estas características no son exclusivas de esta nación del Kalahari. 
Existieron y existen muchas otras con similares atributos en todos los continentes. Los humanos en pequeños grupos y en estrecha dependencia con la naturaleza tienden a desarrollar los mejores rasgos gregarios de la especie: la coordinación de los individuos para obtener el sustento para todos, el respeto a la libertad de los miembros del grupo, la solidaridad con los más débiles,
La invasión de África del Sur por el avance bantú primero, y la colonización europea después, dio lugar a la expulsión de los !kung san de sus tierras ancestrales y a su marginación económica y social.
Hoy los !jung san están limitados a los ambientes deseérticos del desierto de Kalahari y Namib y  sus derechos territoriales y culturales son desconocidos por los gobiernos de Sud´África, Botswana y Namibia. Apenas son visitados por antropólogos para sus estudios y por cineastas para mostrar la interesante curiosidad que significan para las culturas urbanas del mundo. Los que emigran a las ciudades pasan a formar parte de los sectores más pobres y excluidos de las sociedades donde habitan. 
De "Crónicas de la Peripecia Humana", Danilo Antón, Piriguazú Ediciones.




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