viernes, 30 de junio de 2017

Los paradigmas científicos son difíciles de cambiar
D.Antón
El paradigma de la ciencia normal definido por Thomas S. Kuhn es el conjunto de teorías, reglas, procedimientos y conocimientos que permean una sociedad en particular en un momento determinado de su historia.
Hoy en día se refiere al "modelo" científico ampliamente adoptado en la sociedad global contemporánea.
El tema de los hidrocarburos, así como el marco geofísico y geológico que conduciría a su formación y evolución, es un paradigma establecido que resiste a ser cambiado a pesar de los numerosos datos que deben inducir una revisión radical y profunda.
En esta sociedad "globalizada" se supone que el modelo científico oficial desarrollado a través de la acumulación de datos científicos permitiría "progresar" en el conocimiento, en particular logrando mayor detalle en la aplicación específica de modelos científicos aceptados.
Desafortunadamente, no hay un método oficial en este paradigma (o cualquier otro paradigma dominante) que acepte otras teorías y aplique otras reglas o procedimientos que puedan terminar modificándolo radicalmente.
Por eso, en el campo de la geología del petróleo, es tan difícil cuestionar la validez de muchos conceptos cuya exactitud se contradice cada día con la realidad, y en particular el paradigma del "petróleo fósil".
La dificultad de cambiar el paradigma oficial es que esta modificación, no sólo modifica los conceptos, sino principalmente porque también altera las relaciones de poder, ya sea por su papel en la atribución de fondos para proyectos, o meramente para preservar sus protagonismos.
Políticamente, aquellos que poseen "el poder paradigmático", son los mismos que controlan la toma de decisiones.
Desde el punto de vista económico son los que se benefician de las decisiones tomadas sobre la base de los postulados oficialmente aceptados
En el ámbito académico hay quienes defienden su prestigio y seguridad económica que dan posiciones profesionales o académicas que ocupan y eventualmente estarían amenazados por un posible cambio de paradigma (Lovelock, 1988).
Cuando analizamos la teoría aceptada sobre el origen del petróleo y el gas natural y sus defensores principales en el mundo académico e industrial, encontramos una situación similar similar a la que definieron por Kuhn y Lovelock.
La teoría biótica de la formación del petróleo implica la inevitabilidad de la escasez futura, que produciría sostenidos aumentos de precios en el futuro.
Las compañías y los estados petroleros están particularmente interesados ​​en defender este punto de vista para mantener sus enormes ingresos.
El interés de investigadores y académicos por mantener el paradigma de los minerales fósiles se basa en los privilegios otorgados por las estructuras institucionales y el poder económico y organizativo del establecimiento.
En resumen, la lucha por la preservación del paradigma de los combustibles fósiles, no es sólo una discusión teórica. Como tantos otros temas, también surge en términos de poder económico, político y social.
Las ideas de Thomas Gold y otros astrónomos, astrofísicos y geólogos que han propuesto la teoría de la desgasificación planetaria han sido ignorados e incluso desautorizados, pero no han sido refutados con información científica relevante.
No tenemos duda de que tarde o temprano ocurrirá el cambio de paradigma. Cuando la masa crítica de investigadores y científicos y el apoyo del público son suficientes, cuando pasen las décadas y se disponga de nuevos datos que confirmen la nueva visión de la historia y dinámica de nuestro planeta, las estructuras de poder serán desarticuladas y un nuevo paradigma basado en la Los datos reales serán aceptados oficialmente.
En ese momento se crearán las condiciones para redefinir las estrategias políticas y económicas para desarrollar y establecer un nuevo enfoque de las relaciones humanas con los recursos y entornos del planeta.
De: "Inagotables? Gas natural y petróleo". Danilo Antón, Piriguazu Ediciiones

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