domingo, 18 de septiembre de 2016

Reflexiones acerca de la guerra en Irak y la aparición del Estado Islámico (ISIS)

Danilo Antón
La situación en el norte de Iraq es extremadamente compleja. Al noreste predomina la población de origen kurdo. El Kurdistán iraquì está constituido por unos 8 millones de habitantes en 78,000 km2 con capital en la ciudad de Erbil que posee 1.5 millones de habitantes. La mayoría de esta población es bilingüe en idioma kurdo y árabe. También se hablan el arameo (neo-arameo asirio), el turkomano y el armenio por sus respectivas comunidades.
El Islam de afiliación sunita es la principal religión con escasa expresión de los musulmanes shiitas (que son mayoría en el sur de Iraq). Existen otros grupos religiosos de diversa importancia. Los  asirios de lengua aramea (unas  80,000 personas) son cristianos, los yezidis,  que étnicamente son kurdos pero no son musulmanes (estimados en unos 500,000) tienen su propia religión que se emparenta con el antiguo zoroastrismo persa.
Para hacer más compleja la situación se estima que el Kurdistán iraquí contiene vastos yacimientos de hidrocarburos (por lo menos 45,000 millones de barriles) que lo hacen la sexta reserva petrolífera del mundo. Varias compañías han firmado acuerdos con el gobierno kurdo (generalmente con oposición de Bagdad) entre ellas Exxon, Total, Chevron, Talisman, GenEnergy, Hunt Oil, Gulf Keystone Petroleum y Marathon Oil. La extracción efectiva bajo control kurdo comenzó en el año 2007. Debido a su poder económico y posición geopolítica el estado kurdo (que no es reconocido internacionalmente) en los hechos está funcionando como tal.
El sector noroccidental de Iraq (fuera del Kurdistán) constituido por zonas montañosas y áridas está atravesado por el río Tigris cuyos sedimentos dan lugar a las principales tierras agrícolas. La población de esta zona es predominantemente sunita con pequeñas minorías shiitas, asirio-cristianas y yazidis. La principal ciudad de este sector es Mosul con más de 1.5 millones de habitantes.
Las sucesivas guerras en Iraq, la invasión de los EEUU, el derrocamiento y la muerte de Saddam Hussein, dieron lugar a una profunda  inestabilidad desencadenando contradicciones que estaban controladas durante la dictadura d Hussein.
Los kurdos aprovecharon la situación creando una zona controlada (con el apoyo de los EEUU e intereses petroleros) que prácticamente se ha transformado en un estado independiente.
Por otro lado la continua intervención militar, política y cultural de las potencias occidentales en Medio Oriente llevó a una reacción enérgica de los sectores radicales del Islam, en particular los iraquís y los sirios sunitas, que los llevó a conectarse con los grupos violentistas de Al Qaeda. De esta alianza surgió un movimiento ultra-radical que busca construir un estado islámico (que llaman “califato”) el E.I, en el norte de Iraq y Siria  Este grupo es extremadamente fundamentalista, cargado de un proselitismo autoritario que busca convertir por las buenas o por las malas a los grupos no-islámicos. Estas comunidades (principalmente asirio-cristianas y yasidís) que han logrado conservar sus religiones por muchos siglos no se convierten al Islam fácilmente. En los hechos la estrategia de forzar la conversión llevó a medidas de extrema crueldad con estas poblaciones. No se conocen los detalles de estos atropellos y hay imágenes perturbadoras que han aparecido en los medios. Aùn restando las exageraciones que pueda haber, es claro que EI está violando sistemáticamente los derechos humanos de los asirio-cristianos y yasidís y probablemente de las comunidades kurdas en el territorio que controlan. La única fuerza capaz de detener este avance del EI parece ser el ejército kurdo de los peshmergas. Con el apoyo de EEUU y países europeos occidentales los kurdos han recuperado parte de las àreas previamente bajo poder del EI. La complejidad de la situación hace difícil pronunciarse en forma definitiva. Sin embargo no cabe duda que hay dos causas étnico-religiosas que merecen respeto:  la sobrevivencia de los grupos minoritarios religiosos y el derecho de los kurdos de tener su propio estado. El Estado Islámico,  por el contrario, representa la reacción desaforada, discriminadora y fundamentalista a los cambios culturales y políticos que se han dado en la región iraquí.Reflexiones acerca de la guerra en Irak y la aparición del Estado Islámico (ISIS)

La situación en el norte de Iraq es extremadamente compleja. Al noreste predomina la población de origen kurdo. El Kurdistán iraquì está constituido por unos 8 millones de habitantes en 78,000 km2 con capital en la ciudad de Erbil que posee 1.5 millones de habitantes. La mayoría de esta población es bilingüe en idioma kurdo y árabe. También se hablan el arameo (neo-arameo asirio), el turkomano y el armenio por sus respectivas comunidades.
El Islam de afiliación sunita es la principal religión con escasa expresión de los musulmanes shiitas (que son mayoría en el sur de Iraq). Existen otros grupos religiosos de diversa importancia. Los  asirios de lengua aramea (unas  80,000 personas) son cristianos, los yezidis,  que étnicamente son kurdos pero no son musulmanes (estimados en unos 500,000) tienen su propia religión que se emparenta con el antiguo zoroastrismo persa.
Para hacer más compleja la situación se estima que el Kurdistán iraquí contiene vastos yacimientos de hidrocarburos (por lo menos 45,000 millones de barriles) que lo hacen la sexta reserva petrolífera del mundo. Varias compañías han firmado acuerdos con el gobierno kurdo (generalmente con oposición de Bagdad) entre ellas Exxon, Total, Chevron, Talisman, GenEnergy, Hunt Oil, Gulf Keystone Petroleum y Marathon Oil. La extracción efectiva bajo control kurdo comenzó en el año 2007. Debido a su poder económico y posición geopolítica el estado kurdo (que no es reconocido internacionalmente) en los hechos está funcionando como tal.
El sector noroccidental de Iraq (fuera del Kurdistán) constituido por zonas montañosas y áridas está atravesado por el río Tigris cuyos sedimentos dan lugar a las principales tierras agrícolas. La población de esta zona es predominantemente sunita con pequeñas minorías shiitas, asirio-cristianas y yazidis. La principal ciudad de este sector es Mosul con más de 1.5 millones de habitantes.
Las sucesivas guerras en Iraq, la invasión de los EEUU, el derrocamiento y la muerte de Saddam Hussein, dieron lugar a una profunda  inestabilidad desencadenando contradicciones que estaban controladas durante la dictadura d Hussein.
Los kurdos aprovecharon la situación creando una zona controlada (con el apoyo de los EEUU e intereses petroleros) que prácticamente se ha transformado en un estado independiente.
Por otro lado la continua intervención militar, política y cultural de las potencias occidentales en Medio Oriente llevó a una reacción enérgica de los sectores radicales del Islam, en particular los iraquís y los sirios sunitas, que los llevó a conectarse con los grupos violentistas de Al Qaeda. De esta alianza surgió un movimiento ultra-radical que busca construir un estado islámico (que llaman “califato”) el E.I, en el norte de Iraq y Siria  Este grupo es extremadamente fundamentalista, cargado de un proselitismo autoritario que busca convertir por las buenas o por las malas a los grupos no-islámicos. Estas comunidades (principalmente asirio-cristianas y yasidís) que han logrado conservar sus religiones por muchos siglos no se convierten al Islam fácilmente. En los hechos la estrategia de forzar la conversión llevó a medidas de extrema crueldad con estas poblaciones. No se conocen los detalles de estos atropellos y hay imágenes perturbadoras que han aparecido en los medios. Aùn restando las exageraciones que pueda haber, es claro que EI está violando sistemáticamente los derechos humanos de los asirio-cristianos y yasidís y probablemente de las comunidades kurdas en el territorio que controlan. La única fuerza capaz de detener este avance del EI parece ser el ejército kurdo de los peshmergas. Con el apoyo de EEUU y países europeos occidentales los kurdos han recuperado parte de las àreas previamente bajo poder del EI. La complejidad de la situación hace difícil pronunciarse en forma definitiva. Sin embargo no cabe duda que hay dos causas étnico-religiosas que merecen respeto:  la sobrevivencia de los grupos minoritarios religiosos y el derecho de los kurdos de tener su propio estado. Para que ello ocurra las comunidades kurdas se han comprometido íntegramente en la lucha autonomista. En particular, se hacen notar las brigadas femeninas peshmergas que combaten a la par de los hombres defendiendo los derechos de su pueblo. Este hecho, en sociedades violentamente patriarcales, muestra un aspecto social, político y militar que llama la atención y permite abrigar esperanzas de que en el futuro esta situación discriminatoria puede empezar a cambiar.  El Estado Islámico,  por el contrario, representa la reacción desaforada, discriminadora y fundamentalista a los cambios culturales y políticos que se han dado en la región iraquí.
En esta complejidad política, religiosa y cultural no caben maniqueísmos simples y esquemáticos. Solo podemos esperar que el desarrollo de la situación lleve a que los diferentes pueblos del norte iraquí sean respetados en sus culturas y religiones  más allá de los intereses geopolíticos y económicos en juego.
En esta complejidad política, religiosa y cultural no caben maniqueísmos simples y esquemáticos. Solo podemos esperar que el desarrollo de la situación lleve a que los diferentes pueblos del norte iraquí sean respetados en sus culturas y religiones  más allá de los intereses geopolíticos y económicos en juego.

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