domingo, 2 de octubre de 2022

 El Acuífero Maya


El Sistema Acuífero Maya es uno de los acuíferos más extensos del continente americano abarcando unos 400,000 km2 en el sureste de México, norte de Guatemala, Belice y franjas costeras aledañas.

Es un acuífero kárstico, lo que quiere decir que está contenido en las fisuras y oquedades de calizas que se depositaron en el Çenozoico (hace 20 a 50 M años) en la península de Yucatán y litorales adyacentes y que luego sufrieron procesos de disolución formando redes de grutas, cavernas y fisuras abiertas que hoy constituyen un sistema acuífero que presenta continuidad hidrológica. Luego de formadas las grutas pueden continuar experimentando procesos de disolución con frecuente desmoronamiento de los techos formando depresiones, que a menudo contienen agua y que reciben el nombre de “cenotes”. En Yucatán hay unos 6,000 cenotes formados de esa forma.


Investigaciones arqueológicas en el Sistema Acuífero Maya

En el subsuelo de la Península de Yucatán se realiza la mayor exploración subacuática de la historia en México.

Decía Guillermo de Anda director del proyecto Gran Acuífero Maya (GAM). "Sabíamos que existía un acuífero natural debajo de la Península que comprenden los estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo, pero una de las misiones fue caracterizarlo primero con un nombre y los descubrimientos que hemos hecho es que su extensión es mucho mayor de lo que pensábamos, son miles de kilómetros de cuevas inundadas con agua dulce. “

Se encontró la conexión de dos grandes sistemas de grutas en el estado de Quintana Roo, denominados Sac Aktún y Ox bel, debido a ello se ha detectado la gruta inundada más larga del mundo, de 379 kilómetros",

Estos sistemas de grutas están especialmente desarrollados bajo la península de Yucatán, en el sureste de México, Este sistema acuífero abastece a numerosas ciudades incluyendo Mérida, etc.




El proyecto Gran Acuífero Maya que se realizará en dicha zona  se inició hace unos días y concluirá en cinco años.

Hasta ahora las investigaciones se han realizado en algunos cenotes, nombre con el que los antiguos mayas llamaron a los depósitos de agua.

Pero ahora un grupo de especialistas inició una exploración de lo que se conoce como el Gran Acuífero Maya, que representa la investigación en su tipo más grande en la historia del país.

El objetivo, según le dice a BBC Mundo el jefe del proyecto, Guillermo de Anda Alanís, es conocer lo que existe en el subsuelo de los estados que componen la península: Yucatán, Campeche y Quintana Roo.

"El componente fundamental es conocer el estado del agua en diferentes zonas vitales y entender lo que sucede", explica.

El objetivo, dice Guillermo de Anda, es conocer la realidad del acuífero para aprovecharlo de manera sustentable.

"No sabemos cuál es estado real de todo esto, el nivel o no de contaminación o el impacto social que pueden tener".

La investigación se realizará en ocho zonas distintas de los estados en la Península.


"Hay una gran cantidad de materiales arqueológicos muy antiguos, de la edad del hielo (Pleistoceno Superior)", dice Guillermo de Anda.

El equipo buceará por las corrientes subterráneas y con equipo especial tomará imágenes de los vestigios que se encuentren, y que formarán parte de un museo virtual del acuífero.

Además, explica el arqueólogo de Guillermo de Anda, se analizará la calidad del agua en varias partes.

"Tenemos noticias muy alarmantes sobre elementos tóxicos y hasta cancerígenos. No sabemos hasta que punto es exacto", explica.

En etapas futuras se pretende incluso utilizar un robot que ayude en la investigación, sobre todo en cavidades donde no puede ingresar un ser humano.

Hasta ahora las exploraciones del Acuífero "se quedan en la orilla, los muestreos se hacen desde afuera se hacen los muestreos", dice Guillermo de Anda.

La información permitirá elaborar una estrategia oficial para preservar el acuífero y donde sea necesario aplicar acciones de rehabilitación.

"Hay una gran presión de crecimiento urbano y turístico.

Los sitios cada vez son más afectados. Es el momento de parar esta tendencia y de alguna manera tengamos una excelente forma de sanearlo".

En la Península de Yucatán hay unos 6.000 cenotes, la mayoría inexplorados.

Y existe, además, la posibilidad de adentrarse en una parte desconocida en la historia de lo que también se conoce como "el inframundo" maya.

En sus recorridos por aguas subterráneas, el grupo encontró sitios a donde ningún ser humano había llegado desde hace miles de años.


Los acuíferos kársticos y los sistemas de grutas

Las calizas (rocas carbonatadas) son abundantes en todo el mundo. Algunas se encuentran en los fondos marinos y cerca de la costa, a diferentes profundidades (lodos oceánicos orgánicos, corales, llanuras de marea y playas calcáreas). Otras están en ambientes lacustres, palustres o incluso aluviales. Su origen puede ser ígneo (carbonatitas)  o pueden haber estado sujetas a transformaciones  metamórficas (mármol).

Algunos acuíferos carbonatados contienen materiales de alta porosidad primaria, como las formaciones de corales, las lumaquelas, las calcarenitas y otras calizas detríticas escasamente consolidadas. La mayor parte de los acuíferos calcáreos, en cambio, basan su potencial en la porosidad secundaria, desarrollada a través de procesos de disolución química a lo largo de las fracturas, como sucede en las calizas y dolomitas compactas.  


Hidrogeológicamente, las rocas carbonatadas suelen ser muy dinámicas. Con el tiempo, los procesos diagenéticos tienden a reducir su porosidad primaria. En la masa de la roca se van produciendo disoluciones graduales y recristalizaciones de los minerales carbonatados. A nivel de las fracturas, la circulación de agua tiende a disolver los minerales de las paredes, “erosionándolas” y formando cursos subterráneos, cuya dimensión se va incrementando. Dado que estos procesos pueden suceder simultáneamente, algunos acuíferos carbonatados tienen una porosidad primaria relativamente alta, todavía no completamente afectada por procesos diagenéticos, y una porosidad secundaria en desarrollo, en las fracturas.

Estas rocas pueden contener volúmenes considerables de agua en sus espacios intergranulares y redes de fracturas. La acción del agua aumenta el tamaño de las fractura y, por lo tanto, tiende a facilitar su propia circulación. Estos mecanismos son conocidos como procesos kársticos, por lo que los acuíferos contenidos en tales formaciones se denominan a menudo acuíferos kársticos. Cuando los pozos o los manantiales se conectan con los principales cursos kársticos, estos acuíferos pueden resultar sumamente productivos y muy convenientes como fuentes de agua

para su uso destinado al consumo de grandes ciudades y al riego.

No obstante, cabe señalar una serie de limitantes para la utilización de este recurso. En primer término, dado que los acuíferos carbonatados suelen ser discontinuos, no todas las perforaciones resultan ser productivas. En estos casos los pozos pueden secarse rápidamente si no están en contacto con los sistemas de fracturas

principales. En segundo lugar, si bien los rendimientos inmediatos pueden ser impresionantes, a veces resultan incapaces para sostener la extracción de grandes volúmenes de agua. En muchos casos sus reservóreos contienen menos agua, a veces mucho menos, que otro tipo de formaciones que presentan menores rendimientos.

Por último, otro elemento a tener en cuenta es el rápido flujo del agua subterránea a través de las fracturas abiertas. Este flujo veloz no permite la degradación de los contaminantes que pueden llegar de la superficie y ser consumidos sin tiempo de tomar medidas correctivas.

Aún a pesar de estos problemas, los acuíferos kársticos siguen siendo de las mejores y más confiables fuentes de agua para el consumo a nivel urbano.

Las formaciones carbonatadas están muy difundidas en todo el mundo. Son especialmente abundantes en casi toda Europa, desde la península ibérica a la región alpina. Los sistemas kársticos son comunes a lo largo de la costa del Adriático, en el Jura y en muchas otras zonas del perímetro mediterráneo (p.ej. el Magreb, en la cuenca del Mar Egeo).

En América Latina, los acuíferos carbonatados altamente productivos se encuentran sobretodo en el Caribe y en el Golfo de México. Hay sistemas kársticos en Barbados, en Cuba, en Jamaica, en Puerto Rico, en varias islas del archipiélago de Las Bahamas, en las proximidades de las penínsulas de Yucatán y Florida, en varias zonas del interior mexicano (Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila,

Guerrero, Morelos y en el propio estado de México) y en las áreas costeras del norte de América del Sur.

Bridgetown (Barbados), La Habana (Cuba), Montego Bay (Jamaica), Mérida (México) y Miami (EE.UU.) dependen exclusivamente del agua subterránea obtenida de los acuíferos carbonatados. Otras de las ciudades que dependen en gran medida de este tipo de acuíferos son: Nassau (Las Bahamas), donde también se utiliza agua desalinizada, Kingston (Jamaica) y varias de las mayores ciudades de Puerto Rico, como San José, Ponce y Arecibo.

3.22 Potencial de los acuíferos kársticos. Las formaciones carbonatadas de América Latina son heterogéneas por su composición y génesis, poseen variada porosidad, grado de fractura y consolidación.

Igualmente diversas son sus propiedades hidrogeológicas. Algunas de ellas son muy compactas, de baja porosidad y un volumen casi nulo de agua utilizable, como las calizas o dolomitas no fracturadas.

Por el contrario, existen numerosas formaciones carbonatadas de alta porosidad, intensamente fracturadas, que pueden suministrar grandes volúmenes de agua y tienen un excelente potencial para el abastecimiento de zonas de alto consumo.

En las cuencas molásicas (de conglomerados) de la Sierra Madre del Sur, en México (por ejemplo, en la cuenca del Río Huacapa, cerca de Chilpacingo), en las laderas bajas de las tierras altas de Jamaica hacia la parte norte de la isla, en el sur de Puerto Rico y a lo largo de la costa de Venezuela, se encuentran acuíferos carbonatados altamente porosos. Los acuíferos kársticos típicos, con flujo de fractura, se dan en numerosos sitios del continente: en el sur de La Habana (Cuba), en Montego Bay (Jamaica), en la península de Yucatán, en la zona de Torreón- Gómez Palacio, México y en muchas otras zonas.

Estos acuíferos son muy vulnerables a la contaminación debido a la rápida circulación del agua en el interior del sistema que no permite una adecuada infiltración y purificación del agua de recarga., sobre todo cuando se encuentran localizados en las proximidades de las ciudades. En estos casos los reservóreos subterráneos pueden ser fácilmente alcanzados por desechos de origen industrial y oméstico.

En las zonas de agricultura también existen riesgos debido al uso de agroquímicos.

Estos problemas están presentes en todas las regiones kársticas del continente.

Es así que los acuíferos urbanos de Kingston, en Jamaica, y Mérida, en México, están contaminados por desechos industriales y domésticos. Se cree que la intensa actividad agrícola que se desarrolla en el área de recarga del sur de La Habana puede perjudicar la calidad del acuífero kárstico, que constituye la principal fuente de agua de esa ciudad y de las áreas vecinas.

Los acuíferos carbonatados son muy sensibles a las interferencias antropogénicas, por lo que requieren de un manejo cuidadoso para su uso en forma continua.

Referencias:

https://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/05/160509_mexico_mayor_exploracion_subacuatica_mundo_maya_cultura_an

Parcialmente reproducido del libro "Los acuíferos de América Latina", Danilo Antón, Piriguazú Ediciones.

El desarrollo de las comunidades mayas ha estado estrechamente vinculado con el agua. Durante siglos se han utilizado las aguas superficiales para beber, regar, pescar, generar energía, nadar y lavar, siendo la península de Yucatán un gran contenedor de este vital líquido.
Más del 95% del agua que se consume a diario en los estados de Quintana Roo y Yucatán, proviene del subsuelo. Esta agua es aprovechada principalmente para uso doméstico. En el caso de los cenotes y lagunas, el nado y el buceo son las principales actividades que se relacionan con el acuífero.

es el manejo del agua subterránea, la única fuente de agua dulce disponible en la Península de Yucatán. Hoy en día, el manejo insostenible de este recurso está empujando a cada ecosistema y a las poblaciones humanas, hacia un régimen de funcionamiento carente de equilibrio.

El sacrificio humano asociado a cenotes fue una práctica cultural con una prolongada duración en Yucatán. En documentos históricos se registran diferentes formas de sacrificios rituales en esos cuerpos de agua característicos del norte de la península de Yucatán.

Es interesante que en 93% de los sacrificios mencionados en los documentos de Sotuta y Homún-Hocabá se realizó la extracción del corazón y que 79% se depositó en algún cenote. En esos documentos se mencionan víctimas predominantemente entre los 6 y los 12 años, así como adultos masculinos jóvenes. Los estudios indican que la muestra esquelética procedente del Cenote Sagrado de Chichén Itzá coincide con los grupos de edad y sexo de los individuos descritos en esas crónicas. El estudio de las fuentes históricas, aunado a la iconografía y la evidencia arqueológica, revela que en la sociedad maya antigua los sacrificios humanos tenían características particulares relacionadas con el contexto físico y el tiempo en el que tuvieron lugar. Durante los periodos Clásico y Posclásico, las representaciones iconográficas de sacrificio humano y violencia en el momento de la muerte aumentaron en las Tierras Bajas mayas del norte. Un ejemplo claro de esto se encuentra en Chichén Itzá; en las fuentes etnohistóricas se describen con detalle sacrificios humanos asociados a su principal cenote.

 Restos esqueléticos procedentes del cenote sagrado

La muestra esquelética que nos ocupa fue recobrada en el Cenote Sagrado como producto de las investigaciones realizadas en 1961 bajo la dirección de William Folan, y entre 1967-1968 por Román Piña Chán. En este primer análisis tafonómico (tafonomía: estudio de los procesos que forman el yacimiento arqueológico) de la muestra se esperaba enc La muestra fue analizada sistemáticamente empezando con las características de los individuos y sus condiciones de vida. Debido a la naturaleza colectiva de la muestra, y al hecho de que el material se obtuvo muy mezclado, las características se basaron en los atributos de 78 de los 81 cráneos y 47 de las 54 mandíbulas. Sobre esta base de datos, la distribución por edad de los individuos indica que 80 son infantiles o subadultos (64%) y 45 son adultos (36%). Respecto al sexo en el grupo de los adultos, 68% es masculino y 32% femenino. Esta distribución es consistente con la muestra del Cenote Sagrado recobrada por Edward Thompson, que se encuentra en el Museo Peabody de Cambridge, Massachusetts.

Asimismo, se intentó separar los marcadores esqueléticos producidos por agentes naturales de aquellos creados por manipulación cultural. En la investigación se distinguieron patrones de marcas culturales, y se puso especial énfasis en su localización y asociación con regiones anatómicas específicas, con el propósito de determinar el tipo de actividad que las originó. Los patrones de marcas parecen estar relacionados con actos de violencia en el momento de la muerte, o con tratamientos póstumos, como la desarticulación, el descarnado, el desollamiento y la exposición al calor.

 

ontrar indicadores esqueléticos de violencia en el momento de la muerte, que pudieran estar relacionados con algunas de las formas documentadas de muerte ritual.






https://granacuiferomaya.org/el-gran-acuifero-maya-2/




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