La época del exterminio y la resurrección
Antes
de la aparición de los europeos, América era un lugar densamente poblado que
albergaba muchos millones de habitantes' . La disminución de la población como
consecuencia de su llegada fue brutal e intensa. Densas comarcas quedaron
despobladas en unos pocos años. Pueblos enteros fueron eliminados para
facilitar el control del territorio, cientos de miles de personas apresadas y
transportadas a las zonas de plantaciones y minas para dedicarlas al trabajo
forzado. A todo ello se agregó la aparición de enfermedades desconocidas en
América. Algunas, que asumían carácter benigno en Europa, como el sarampión, la
varicela o la gripe, se transformaban en letales. Las dolencias
"graves", como la viruela, hicieron estragos, muriendo hasta 80% de
la población. Algunas patologías "ambientales", como la malaria, se
establecieron en las tierras húmedas tropicales provocando la desaparición de
comunidades enteras. En gran parte del continente las epidemias precedieron al
conquistador y prepararon el terreno para facilitar la operación de conquista.
A estas mortandades hay que agregar las provocadas por la desarticulación
económica y productiva y las relocalizaciones de naciones enteras a territorios
inapropiados.
Debido
a este panorama desolador y a la inexistencia de registros adecuados, resulta
muy dificil establecer contabilidades retrospectivas precisas de las sociedades
originales del continente. Algunos autores prefieren imaginar poblaciones muy
poco numerosas, mientras que otros sostienen que el territorio estaba
densamente poblado. Pensamos que éste no es un tema meramente académico. Al
inclinarnos por un escenario u otro, estamos de alguna manera, valorando la
capacidad productiva y organizativa de los pueblos. Considerando su inmensa
productividad potencial, si aceptamos bajas densidades, estaríamos postulando
que eran sociedades de baja eficiencia, incapaces de
obtener
el máximo de recursos de los ambientes en donde vivían. Si, por el contrario,
pensamos que estaban compuestos por poblaciones numerosas, estaremos
reconociendo implícitamente su capacidad productiva y de adaptación al medio.
La población y los sistemas productivos están estrechamente relacionados y, por
lo tanto, las afirmaciones sobre la población deben estar coherentemente relacionadas
con los sistemas productivos.
Resulta
dificil calcular la población original del continente con los escasos datos
existentes, que además son frecuentemente contradictorios. Hay quienes
sostienen que habían 10 millones de habitantes, otros los aumentan a 50 o 100
millones. No existieron formas comparables de registrar cuantitativamente la
población antes o después de la invasión. Por esa razón, para evaluar dichas
cantidades, es necesario utilizar métodos indirectos. Uno de los tantos problemas
que se presentan es el rápido descenso demográfico sufrido como consecuencia de
las enfermedades, la represión, el maltrato, el hambre, los suicidios y sobre
todo por la captura, esclavización y transporte forzado a plantaciones y minas.
Borah y Cobk (1969) calcularon que en las tierras costeras mexicanas, durante
los primeros 50 años de la conquista, la tasa de despoblación fue de 48 a 1.
Esta tasa quiere decir que en 50 años la población descendió 48 veces (donde
había 48,000 habitantes pasó a haber tan solo mil). En la isla de Cozumel,
Edwards (1957) estimó que la tasa de despoblación fue de 28 a 1 en el período
que va de 1518 a 1587. En el caso de Haití se mencionan tasas aún mayores (del
orden de 400 a 1 o más). De los dos o tres millones de habitantes nativos que
había en 1492 quedaban tan solo 250 en 1540 (Cook y Borah, 1971-4). En Jamaica
se dió una situación igualmente dramática: la población aborigen (que era de
unos 300,000 habitantes) desapareció (¿totalmente?) en menos de 50 años. La
drástica disminución de la población de Panamá fue descripta por Sauer, Carl O.
y la del Salvador y Yucatán por Eric Thompson (1970) y Daugherty (1969).
En
el caso de Nicaragua, se evaluó su población original en aproximadamente un
millón de habitantes (Radell, David, 1992, p.67). El Obispo Antonio de Zayas
estimaba en 1578 que solo quedaban 8,000 habitantes nativos. Por su parte,
Bartolomé de las Casas afirmaba que en los primeros 14 años de dominio español,
500,000 personas fueron sacados por la fuerza de Nicaragua para ser vendidos
como es-clavos en otras partes del Imperio Español. Oviedo da una cifra
análoga: 400,000. También con relación a Nicaragua, en una carta a la Corona
española, Herrera expresaba que de la población aborigen original de 600,000
personas no quedaban vivos más de 30,000 en 1544. Como se aprecia en el cuadro
adjunto, durante el período 1527 a 4536 se realizaron 1,280 viajes
transportando 448,000 esclavos. En el momento de mayor tráfico (1535) hubo 210
viajes registrados y una "exportación" de 73,500 esclavos. Al año
siguiente (1536) el número disminuyó a la mitad, seguramente por la rápida
despoblación del país.
Forma parte de un video recientemente subido en youtube a mi canal Mitos y verdades
https://www.youtube.com/watch?v=pdO2vBUbe8U
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