domingo, 28 de junio de 2020

Más caras que las vacas de Goes
Las vacas de los hermanos Goes 

 En 1555 el expedicionario español Juan de Salazar, que había estado en la fundación de la colonia de Asunción sobre el río Paraguay desembarcó con un contingente en San Vicente, en la costa del sur de Brasil, y con algún ganado obtenido allí avanzó hacia Asunción en cuyo trayecto el grupo se dividiò en dos expediciones, una de ellas integrada por los legendarios hermanos brasileños Pedro y Scipión Goes que arriaron siete vacas y un toro (las célebres siete vacas llevadas por el tropero Gaete que habían viajado de Santos a Asuncion).
De esta progenie se iniciò la población de vacunos en los territorios de Santa Fe, Buenos Aires y la Banda Oriental. Recordamos el párrafo de “La Argentina”, de Rui Díaz de Guzmán en su poema “La Argentina” (que finalmente le ha dado el nombre al país), en el que relata la introducción al Paraguay de las por él llamadas “siete vacas de Goes” y que ha servido hasta hoy de irremplazable introito a la historia del ganado bovino en el sur de América.
 En esa época había un dicho: "más caro que las vacas de Goes". La segunda introducción al Paraguay fue la efectuada por Felipe Cáceres y sus acompañantes en 1568, desde Santa Cruz de la Sierra, con lo que el vacuno, introducido al Perú por el Pacífico, vino a juntarse en la Asunción con el entrado por el Atlántico. (...) Garay ha dejado escrito, que al llegar a la Asunción la expedición de Cáceres, valía allí una vaca trescientos pesos, lo que demuestra que la descendencia de las “siete vacas de Goes” no debía ser aún muy numerosa.
No hay constancia del número de cabezas que se trajeron de Santa Cruz de la Sierra; pero parece que excedió de varios cientos. A principios del siglo XVII, el gobernador de Asunción, Hernando Arias de Saavedra ordena poblar de ganado la “Otra Banda”, a partir de la cual se depositaron varias decenas de vacunos en la isla del Vizcaíno, en la desembocadura del río Negro, que luego se reproducirían en cientos de miles y que daría lugar a una matanza indiscriminada para el aprovechamiento de los cueros y el cebo de los animale. Lo que se necesitaba para arrear 50 mil cabezas (1719) El 20 de enero de 1719, el procurador pide que se prohíba la matanza de vacas en la Otra Banda, permitiéndose solamente la de toros. Durante el año se conceden tres licencias una de 16 mil, otra de 20 mil el 11 de agosto y una de 20 mil, el 7 de julio. En vista a la escasez de ganado en Buenos Aires, el procurador porteño propone una recogida de la Otra Banda de 40 a 50 mil cabezas. El Cabildo consulta con personas entendidas y resulta que se necesitaran 150 peones prácticos de campo, 1600 caballos, diez canoas y 30 peones de Santa fe, únicos duchos para el paso de los ríos. El tiempo necesario siete meses. Tres para la recogida, uno para ponerse sobre el Uruguay, otro mes para llegar al Paraná y otro para pasarlo ( acta 31 de enero de 1719) El cruce de los rios Uruguay y Paraná requería mucho tiempo para pasar a nado en pequeños lotes el ganado. Agregado está que el paso por Entre Rios era peligroso por los indios Charruas. La "Otra Banda" en 1720 Los jesuitas de las misiones, que desde 1710 tenían los “derechos” para esta banda. fueron los introductores del ganado por el norte y `periódicamente hacían tropeadas de ganado llegando hasta cerca del Rio de la Plata. Los jesuitas no solicitaban autorización del cabildo de Buenos Aires, por tener “cedulas para ello”. A pesar de esos derechos el Gobernador Zabala, el 15 de octubre de 1720, los compele que hagan la vaquería con moderación y solamente lo necesario para la alimentación (acta 19 de agosto de 1720) Vecinos de Santa Fe, porteños y jesuitaa Accediendo a un pedido de los vecinos de Buenos Aires, el gobernador Bruno Mauricio de Zabala prohíbe vaquear en la Otra Banda (Bando del 19 de agosto de 1720) y el 15 de octubre lo extiende a los de Santa Fe.
 Despuès de idas y venidas entre los porteños, los de Santa Fe y los Jesuitas, en la sesiòn del cabildo de Buenos Aires del 13 de febrero de 1722 dice: “Podrán sacar anualmente 60 mil cabezas de las campañas de San Gabriel, 30 mil puestas en Santa Fe, ademas la ciudad de Buenos Aires podrá hacer 50 mil cueros (acta 9 de noviembre de 1729).” En 1721 en la “Otra Banda” solo había trece estancias A principios de 1721, el procurador de Buenos Aires llama la atención al Cabildo, diciendo que en la Otra Banda, donde se albergan muchos peones “bagamundos que vienen a su antoxo”, los cuales no podrán de ser perjudícales a los ganados de que se habían Como consecuencia de esto el Cabildo del 3 de febrero de 1721 resuelve que en las estancias de la Otra Banda que son solamente trece, no tengan más de tres peones en cada una y que todos los que sobren se echen a la Banda de Buenos Aires. Se remiten diez peones de la guardia de San Juan y se agrega que a dos leguas de Colonia hacia Montevideo (Hoy Riachuelo) se encontró una estancia poblada de portugueses, donde estos tenían 3 mil cueros.
Dice que los portugueses eran inhábiles para vaquear por lo que usaban a los indios Minuanos y los peones de Santa fe que habían quedado en crecido numero, junto con otros cristianos de otras provincias que quieren vivir, sin Dios, sin Rey y sin Ley, considerando por esta razón que la Otra Banda es “una cueva de maldades”. Ref: http://viajes.elpais.com.uy/2014/10/12/la-banda-charrua-no-la-banda-oriental/ https://www.historiacocina.com/paises/articulos/argentina/vacuno.htm

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