viernes, 24 de abril de 2020

El globo terráqueo ha cambiado de tamaño y ello ha permitido la formación de las cuencas oceánicas



En este artículo complementamos un artículo anterior específicando algunos aspectos de la evolución planetaria propuesta por ¨Vicente Sánchez Cela para la base de la corteza terrestre y que extendí a las zonas profundas del manto y que validarían las hipótesis sobre aumento de volumen de la Tierra, resultando innecesario imaginar placas que se desplazan lateralmente y subducen (se sumergen) unos bajo otros. La teoría de las placas tectónicas se ha vuelto axiomática pero como en otras hipótesis científicas creo que ha llegado la hora de repensar algunas cosas acerca del pasado remoto de nuestro planeta. 

Contexto teórico histórico
El desarrollo de los enfoques y teorías geológicas sobre el origen y evolución planetaria terrestre, y en particular de la corteza, ha sido continuo durante los últimos dos siglos e incluso anteriormente. En ese lapso temporal las hipótesis aceptadas han variado considerablemente. A principios del siglo XXI predominan teorías que sostienen que el planeta está dividido en placas más o menos rígidas que se desplazan horizontalmente, convergen, divergen, se sobreponen o subducen unas por encima de otras produciendo cambios lentos y graduales en la configuración de los continentes y océanos, lo que se llama “teoría de las placas tectónicas”. Del mismo modo hay acuerdo general que la composición del manto superior, con predominancia de silicatos de hierro y magnesio, difiere geoquímica, mineralógica y petrográficamente de la composición de la corteza, en la cual predominan los silicatos de aluminio sódicos y potásicos.
También se sostiene en términos generales que la principal fuente de energía interior terrestre proviene de la desintegración de algunos elementos radioactivos, como potasio-40 (40K), uranio-238 (238U) y torio-232 (232Th).
Hay también coincidencia general en que todos estos procesos han ocurrido y ocurren sin cambos significativos en el volumen terrestre a lo largo de los tiempos geológicos.
Basados en las innovadora y revolucionaria teoría de Vicente Sánchez Cela planteamos un cierto número de incertidumbres en los postulados geológicos que han sido considerados axiomas y que creemos merecen ser visitados nuevamente.
En particular describiremos nuestras dudas acerca de la teoría de las placas tectónicas, de la composición del manto terrestre, de las fuentes de energía planetaria, de la supuesta estabilidad del volumen de la Tierra en la historia geológica, del rol principal de los fluidos carbonosos en los procesos geológicos del manto y la corteza, y finalmente acerca de las variaciones de la densidad de la atmósfera a lo largo del tiempo.
Como reflexiona J. Lovelock en “The Ages of Gaia” y el propio Thomas S. Kuhn en “The Structure of Scientific Revolutions” (1962), el avance científico requiere constantes replanteos de las teorías aceptadas desde diversos ámbitos científicos para acercarse a la verdad.
Llegó la hora de repensar la teoría ortodoxa 
Precisamente, una de las propuestas innovativas y revisionistas acerca de los procesos que dieron origen a la corteza terrestre ha sido desarrollado por Vicente Sánchez Cela en numerosos trabajos (1999, 2005, 2012) donde replantea el origen del granito como el resultado de un cambio de fase exotérmico con aumento de volumen de los minerales silicatados del manto dando lugar a los diversos procesos geológicos corticales.
La teoría de Sánchez Cela implica un aumento gradual del volumen terrestre producto de la disminución de densidad antes señalada. El mismo se puede estimar en 5 a 10%. Si a este aumento de volumen por cambios de fases minerales en la base de la corteza le agregamos varios niveles de cambio de fase a mayor profundidad el aumento podría ser significativamente mayor, del orden de 25 a 30% o tal vez más.
Este aumento de volumen ha sido considerado (aunque sin especificar las causas) por los geólogos australianos  S.W.Carey y J. Maxlow que no aceptan la teoría de la tectónica de placas y en cambio imaginan un aumento de volumen planetario que habría sido responsable de los cambios de configuración de los continentes y  la aparición y expansión de los oceános.
Marco geológico
La composición inicial planetaria era inestable en capas externas con menor presión y temperatura. Se produjeron variaciones en las estructuras cristalinas silicatadas  pasando de fases densas (coesita, tal vez stishovita, K-holandita, Na-holandita) a fases menos densas (cuarzo, feldespatos potásicos, sódicos, cálcicos, olivinos, piroxenos) con un aumento de volumen. La dilatación del manto fue generando una zona superficial de menor densidad. correspondiente al elemento estructural que llamamos “corteza” que puede ser definida como la parte del manto con menor densidad debido a los cambios de fase de los minerales.Este aumento de volumen dio lugar al hinchamiento de ciertas zonas en donde se formaron los escudos antiguos que constituyeron la base de los continentes. Este mismo proceso podría haberse producido a mayor profundidad, dando lugar a una sucesión de niveles de cambios de fase minerales con aumento de volumen. Estos procesos en profundidades mayores a los 500 kilómetros pueden deberese por ejemplo a la transformación de minerales extradensos, como la perovskita silicatada y la postperovskita (y tal vez la stishovita) a minerales menos densos como la coesita y las holanditas, las que a su vez en un nuevo cambio de fase pasarían a neoformar el cuarzo y los feldespatos.
Estas transformaciones (cambios de fase) se producirían sin modificaciones en la composición química, con aumentos de volumen y con generación de energía, debido al carácter exotérmico de estos cambios.
Así se produciría un aumento de volumen a dos o más niveles dando lugar a un incremento planetario (en volumen, no en masa) de 20 o 30%, tal vez más.
En caso de ser así, cosa altamente probable por los datos geofísicos disponibles recientemente acerca de un cambio de fase ultra-profundo, llevaría a pensar que la evolución planetaria incluyó un aumento de volumen considerable durante la historia geológica.
Este modelo evolutivo debilita la teoría de los bloques tectónicos moviéndose horizontalmente y subduciéndose unos bajo otros y valdría la pena revisitar los conceptos, que hasta ahora se han considerado axiomáticos.

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