No hay razón para el alarmismo:
el cambio climático siempre existió
y fue mucho más intenso que en la actualidad
En el paradigma político-climático contemporáneo se habla sistemáticamente del cambio climático. Hay que aclarar que en la práctica, hablar de “cambio climático” no aclara absolutamente nada. El clima cambió y cambia en forma permanente, o sea que no es novedad.
Quienes hemos estudiado geología sabemos que en
gran medida, la geología es la historia del cambio climático. O sea que decir “cambio
climático” es una afirmación que no agrega
información más allá de lo que siempre supimos.
Con mayor precisión a veces se habla de “calentamiento
global”, implicando que la atmósfera y los océanos se estarían calentando
gradualmente como consecuencia de las actividades humanas, más precisamente por
el aumento del CO2 en la atmósfera supuestamente debido a la utilización de
combustibles minerales (muy impropiamente llamados combustibles fósiles) tal
como se ha venido registrando en las últimas décadas.
Los datos acerca de este supuesto calentamiento
son inciertos y claramente no constituyen elementos suficientes para predecir
el futuro térmico de la atmósfera terrestre.
De todas maneras, aún en el caso de que este
calentamiento global efectivamente ocurra en el futuro próximo, no estaríamos frente a
un fenómeno inusitado en la historia geológica de la Tierra.
En el período Cenozoico (Terciario), límite de las
épocas Paleoceno-Eoceno (hace 56 millones de años), se produjo un aumento
considerable de la temperatura media de la atmósfera (muy superior a la que
algunos climatólogos están actualmente prediciendo hipotéticamente).
Se le llama Máximo Térmico del
Paleoceno-Eoceno (MTPE, PETM en inglés). Fue un cambio climático
relativamente brusco.
Este cambio
es el resultado y/o la causa de las alteraciones de las circulaciones oceánicas
y atmosféricas. También coincidió con la extinción de muchos foraminíferos
(protozoarios) y provocó cambios importantes en los mamíferos terrestres dando
nacimiento a muchos de los linajes actuales. En apenas 20 000 años, la temperatura
media terrestre aumentó en 6 °C,
con un correspondiente aumento del nivel del mar, así como un calentamiento de
los océanos. El calentamiento pudo desencadenarse por multitud
de causas. Es posible que haya influido un cambio (aumento de la radiación
solar) relacionado con el pasaje del sol por áreas galácticas con relativamente
elevados niveles de hidrógeno. Hay quien piensa que estaría relacionado con la
liberación de metano que se encontraba almacenado en los clatratos de
metano de los sedimentos oceánicos, que habría liberado a la atmósfera
grandes cantidades de carbono empobrecido en el isótopo carbono-13
Además, se constató que las concentraciones
atmosféricas de CO2 aumentaron de forma significativa cosa que seguramente
fue la causa de la explosión ecosistémica a la vez que provocó la disminución del oxígeno disuelto en
el agua oceánica y lacunar provocando numerosas extinciones de ciertos linajes
acuáticos.
Como conclusión podemos afirmar que no se avizora
ninguna catástrofe en lo inmediato y que, incluso si hubiera un aumento de la
temperatura atmosférica, cosa que no ha sido probada, este no sería muy
diferente de muchos otros períodos de calentamiento climático que hubo en el
pasado.
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