viernes, 7 de diciembre de 2018


No hay razón para el alarmismo:
el cambio climático siempre existió 
fue mucho más intenso que en la actualidad

En el paradigma político-climático contemporáneo se habla sistemáticamente del cambio climático.  Hay que aclarar que en la práctica, hablar de “cambio climático” no aclara absolutamente nada. El clima cambió y cambia en forma permanente, o sea que no es novedad.
Quienes hemos estudiado geología sabemos que en gran medida, la geología es la historia del cambio climático. O sea que decir “cambio climático”  es una afirmación que no agrega información más allá de lo que siempre supimos.
Con mayor precisión a veces se habla de “calentamiento global”, implicando que la atmósfera y los océanos se estarían calentando gradualmente como consecuencia de las actividades humanas, más precisamente por el aumento del CO2 en la atmósfera supuestamente debido a la utilización de combustibles minerales (muy impropiamente llamados combustibles fósiles) tal como se ha venido registrando en las últimas décadas.
Los datos acerca de este supuesto calentamiento son inciertos y claramente no constituyen elementos suficientes para predecir el futuro térmico de la atmósfera terrestre.
De todas maneras, aún en el caso de que este calentamiento global efectivamente ocurra  en el futuro próximo, no estaríamos frente a un fenómeno inusitado en la historia geológica de la Tierra. 
En el período Cenozoico (Terciario), límite de las épocas Paleoceno-Eoceno (hace 56 millones de años), se produjo un aumento considerable de la temperatura media de la atmósfera (muy superior a la que algunos climatólogos están actualmente prediciendo hipotéticamente).
Se le llama Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno (MTPE, PETM en inglés). Fue un cambio climático relativamente brusco.
 Este cambio es el resultado y/o la causa de las alteraciones de las circulaciones oceánicas y atmosféricas. También coincidió con la extinción de muchos foraminíferos (protozoarios) y provocó cambios importantes en los mamíferos terrestres dando nacimiento a muchos de los linajes actuales.  En apenas 20 000 años, la temperatura media  terrestre aumentó en 6 °C, con un correspondiente aumento del nivel del mar, así como un calentamiento de los océanos. ​ El   calentamiento pudo desencadenarse por multitud de causas. Es posible que haya influido un cambio (aumento de la radiación solar) relacionado con el pasaje del sol por áreas galácticas con relativamente elevados niveles de hidrógeno. Hay quien piensa que estaría relacionado con la liberación de metano que se encontraba almacenado en los clatratos de metano de los sedimentos oceánicos, que habría liberado a la atmósfera grandes cantidades de carbono empobrecido en el isótopo carbono-13
Además, se constató que las concentraciones atmosféricas de CO2 aumentaron de forma significativa cosa que seguramente fue la causa de la explosión ecosistémica a la vez que  provocó la disminución del oxígeno disuelto en el agua oceánica y lacunar provocando numerosas extinciones de ciertos linajes acuáticos.
Como conclusión podemos afirmar que no se avizora ninguna catástrofe en lo inmediato y que, incluso si hubiera un aumento de la temperatura atmosférica, cosa que no ha sido probada, este no sería muy diferente de muchos otros períodos de calentamiento climático que hubo en el pasado.

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